Sobre el cauce del río Yangtsé suenan miles de campanas en las que la gente escribe sus deseos. Aquí todo es posible, incluso que un tigre salte de una orilla a otra y su hazaña quede para siempre…
Italia ama el cine y el cine ama a Italia. Todo puede suceder en las viejas calles de Nápoles o de la bella Amalfi, donde tierra y mar se confunden y unen para dar más aliento a la vida que soñamos.
En Namibia uno puede encontrar sitios increíbles como la librería alemana Die Muschel. Un rincón silencioso que parece totalmente fuera de lugar y, sin embargo, está exactamente en el punto que le…
Venimos de lo que fuimos y es un hecho incontestable. Estamos hechos de trocitos de pasado y lo descubrimos cuando abordamos como piratas lugares que nos lo cuentan y son un libro abierto sobre…
Recorremos y desgranamos juntos los espacios, los laberintos y las ramificaciones de Wat Kesararam, una pagoda sumida en el sosiego pero que esconde un oscuro secreto. Como los hombres, hay…
Dubrovnik sólo existe dentro de un verano y permanece en esa estación para siempre. Cierro los ojos y camino a tientas por sus calles de mármol liso como el hielo, me asalta el aroma de los tomates…
En mi memoria y en la de mi cámara de fotos, unos niños -hijos de esa Cuba deprimida y colorida de hace diez años- juegan para siempre al fútbol en las calles empedradas de Trinidad. El tiempo pasa…
Desde su púlpito privilegiado, la estación ferroviaria de Sao Bento, románticamente silenciosa, observa la circulación constante de las vías, las aceras y las avenidas de ese Oporto que la abraza en…
Unas horas en la aldea de Xizhou son suficientes para apreciar la vida de otro modo. Las calles se desperezan y empiezan a escribir la historia de otro nuevo día. Gentes, colores, antigüedades y…
La aldea de Podolševa, en la carretera panorámica de Eslovenia, es una postal de flores y montañas plateadas que invita a la reflexión y la calma tras un día de lluvia y demuestra que siempre,…
Las calles de Lahore arden de actividad a cualquier hora. Allí permanecen los oficios olvidados, las miradas de los hombres que agotan los minutos entre herramientas, el paso del tiempo. Once…
Nadie sabe aun cuándo podremos volver a entrar en la magnífica Notre Dame que el fuego arrasó, pero no hay que perder la esperanza. Nos espera una vieja dama renovada, que nos abrazará, esplendorosa…