lunes. 29.04.2024

Son las 23:21 horas de la noche de este ya inolvidable 3 de agosto de 2022. Se confirma la llegada de los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias desde su base en León. Las llamas asedian ahora Veiga das Meás, en el Concello de Vilardevós. Atrás quedan alrededor de 600 hectáreas calcinadas en el municipio de Verín en poco más de seis horas y en una tarde calurosa y con las condiciones de dirección y velocidad del viento más que favorables para una catástrofe mayor de la ya ampliamente registrada. Esta es la apresurada crónica del certero ataque de terroristas medioambientales que han provocado, con su actos claramente intencionados, demasiado terror e incontables lágrimas. 

14.52 horas.- Faltaban pocos minutos para las tres de la tarde. Uno de los responsables del mantenimiento de la A - 52 se retiraba a su domicilio. Fue el primero en informar a este comunicador. Era clara la columna de humo tras las viviendas del barrio de San Antón camino del balnerario de Cabreiroá y la capilla del santo de Ábedes. Una temperatura alta y un viento notable e impredecible generaron un devorador incendio que recorrió, en pocos minutos, buena parte de la superficie desplazándose a izquierda y derecha para presentarse, sobre las 15:45 horas, en las inmediaciones de la fábrica de Sousas y acabar penetrando en su interior; o rondando la entrada del balneario de Cabreiroá e incluso sus principales instalaciones, que no se vieron afectadas. 

16:00 horas.- La virulencia de las llamas y su espectacularidad congregaron a un buen número de efectivos, terrestres y aéreos. La prioridad: evitar los daños materiales en las industrias y el avance del incendio hacia las viviendas verinenses. Se escapaban algunos animales de las granjas próximas huyendo del fuego. Los vecinos de Ábedes defendían sus propiedades manguera en mano y todo parecía controlado pasadas las cuatro de la tarde cuando, no sin ironías del destino, arrancaban de manera simultánea y en el flanco oeste de la villa nuevos e intencionadísimos focos. La alerta saltaba en A Rasela, en Tintores, en O Salgueiro o Vilamaior

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Las llamas, entre Vilamaior, Caldeliñas y camino de Queirugás. | FOTO: Xosé Lois Colmenero. 

17:10 horas.- Con buena parte de los efectivos concentrados en el barrio de Sousas y el de San Antón, y un viento propicio, los nuevos incendios comenzaron a campar a sus anchas. Así, empezaban a peligrar viviendas en la carretera que une Tintores con el cruce de Vilamaior y Laza; pero también en esta segunda localidad, donde las lenguas vivas de fuego amenazaron varios viñedos y casas en el núcleo y también en las proximidades de la OU - 114 a Campobecerros. Eran poco más de las cinco de la tarde y la indignación ya era más que palpable. A esa hora, con la anterior vía cortada y las llamas arrasando una pequeña esquina de las viñas que preceden al santuario de Os Remedios, llegaban refuerzos portugueses desde Chaves, con una pick - up y un par de vehículos autobombas. Se posicionaban frente a la iglesia pero pegados a las viviendas de Vilamaior, protegiéndolas de un más que probable cambio de aire. 

18:30 horas.- Las llamas, ya desbocadas, avanzaban camino de Queirugás y por detrás de O Salgueiro y A Rasela. En esta última localidad, el barrio gitano tuvo el fuego muy cerca, como también los vecinos de Os Penedos, concretamente las últimas viviendas del núcleo. La Fonte do Sapo se salvó de milagro. La velocidad de propagación era tal que en poco más de una hora había arrasado la mencionada franja y obligaba al desalojo de la gasolinera del Barrio de la Cruz Roja y a los últimos propietarios de Verín en ese entorno. El almacén de butano del lugar vio como las lenguas de fuego lo cercaban. Como también al club próximo y a todas las viviendas entre ese punto y el núcleo de Ábedes. Aún eran las 19:00 horas y, aunque parecía el fuego darnos un respiro, nada más lejos de la realidad

Las últimas viviendas del barrio de la Cruz Roja, desalojadas. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.
Las últimas viviendas del barrio de la Cruz Roja, desalojadas. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

20:00 horas.- Minutos después se vivieron, quizás y en lo que iba de tarde, los momentos más angustiosos. El avance fue tal, que ver cortada la Nacional y la A - 52 a la altura del kilómetro 157, un visto y no visto. No se podía acceder por Ábedes a la vía de alta capacidad. A la salida del pueblo una patrulla de la Guardia Civil lo impedía. Un nuevo cambio en la dirección del viento metía, literalmente, las llamas en los jardines de los chalets del barrio. Agentes de la Benemérita colaboraban con los exhaustos bomberos forestales que intentaban impedir la llegada del fuego.

La traición se consumaría todavía más. Los vecinos lamentaban la falta de agua de la traída y, más aún en la tarde, la suya propia, imposible de extraer porque parte del tendido eléctrico había desaparecido. Y así, poco antes de las 20:00 horas, los efectivos del Instituto Armado ordenaban el desalojo y cuesta abajo, a la entrada del pueblo, se oían las voces reclamando auxilio en la vivienda del más prolífico escritor de Verín porque el fuego amenazaba con fuerza inusitada. 

Sacaron con celeridad los automóviles de la vivienda y confiaron, como acabó ocurriendo, que un nuevo golpe de aire y en otra dirección aplacase las llamas. Así fue, en Ábedes no se registraron viviendas dañadas, pero solamente la diosa fortuna pudo impedirlo. La ganas del fuego eran determinantes y ese resultado lo buscó con ahínco. 

20:30 horas.- La carretera de Vilardevós, a la altura de la rotonda del 155, no fue capaz de impedir que el fuego avanzase en esa dirección. El viento, que con un ligero requiebro metía el fuego en las últimas casas de Ábedes, recuperaba su endiablada velocidad para que éste continuase rumbo a Bemposta y A Veiga das Meás, localidad a la que asediaba a la hora de inicio de esta crónica

Jardines calcinados en casas del Infierno, también conocido como Ábedes. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.
Jardines calcinados en casas del Infierno, también conocido como Ábedes. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

21:00 horas.- Sobre las nueve, nueva alerta en las inmediaciones de la gasolinera verinense del barrio de la Cruz Roja por un pequeño foco reactivado en el inicio de la pista a la Fonte do Sapo. A las 21:30 horas, el conselleiro de Medio Rural, José González abandonaba el puesto de mando establecido en el Distrito Forestal (Rosalía de Castro, 63). Se acercaba a los micrófonos de Diario do Támega y certificaba la "indiscutible intencionalidad de los fuegos de esta tarde". Él mismo explicaba como una imagen tomada desde uno de los medios aéreos certificaba el inicio de varios focos de manera simultánea mientras los equipos de extinción protegían Sousas y Ábedes

 

También Gerardo Seoane, el alcalde, y su teniente de alcalde, Diego Lourenzo, se retiraban a esa misma hora, después de haber estado comprobando daños y escuchando a los vecinos damnificados. Seoane Fidalgo relataba con precisión y para Diario do Támega cómo había sido la progresión de las llamas

 

Una vez más, Verín acaparó el protagonismo del parte de las nueve de la noche en variopintos telediarios y "telexornais". Atrás, tras seis horas, más de 600 hectáreas calcinadas, vecinos desolados, incontables animales muertos, varios daños todavía sin cuantificar, un miedo en el cuerpo difícil de extraer; un bombero forestal de la Brif lazana ingresado por un golpe de calor; una tórrida y angustiosa noche ya en territorio de Vilardevós con el fuego encima de Veigas das Meás, y una pregunta en la gran mayoría de todos nosotros: ¿Quién, en sus plenas facultades y juicio, programa con milimétrica estrategia una ofensiva de estas características sin importarle lo más mínimo poner vidas humanas en peligro, como realmente así fue? 

TERRORISMO medioambiental sin parangón en Verín