Al menos cuatro siniestros en la A - 52, a su paso por todo el territorio provincial, se registraron a lo largo de esta jornada de Jueves Santo por mor, fundamentalmente, de la gran cantidad de agua caída y las importantes bolsas creadas en el firme de la autovía.
El primero de ellos ocurría a las 12:50 horas de este jueves, en el punto kilométrico 231 de la autovía A - 52 (Benavente-Porriño), calzada del sentido Porriño y en el término municipal de Toén (Ourense).
Se investigan las causas del siniestro, que consistió en la salida de la vía por el margen derecho y posterior choque contra la barrera de seguridad de un Peugeot modelo 208, resultado ileso su conductor y único ocupante.
Como consecuencia del impacto, el vehículo salió proyectado hacia el centro la plataforma cortando completamente el carril derecho, por lo que fue necesario canalizar el flujo circulatorio hacia el izquierdo y señalizar la cola de la retención, debido a la gran intensidad de vehículos.
Pero, no fue el único, porque no tardarían en llegar más accidentes y no muy lejos de primero.
A la altura del kilómetro 220 de la A - 52 y en sentido Benavente, se producía uno muy similar, en el término municipal de Barbadás, a la altura de A Valenzá.
Otro conductor perdía el control de su vehículo, que acababa impactado contra el guardarraíl de la autovía dejando al automóvil inmovilizado en el carril izquierdo del sentido de su marcha.
Más tarde se registraría otra salida de vía, incluso con abandono de la plataforma de la autovía para acabar más allá de la cuneta, de un Mini blanco, en el término municipal de Cualedro y que también transitaba por la A - 52 en dirección a Ourense tras haber partido de Pamplona.
El último hasta el momento ha sido otro impacto de un Opel Corsa a la altura del kilómetro 120 de la A - 52. No ha dejado heridos pero sí importantes daños materiales y retenciones en el lugar del siniestro. Según las primeras informaciones facilitadas por testigos, el automóvil colisionó inicialmente por alcance con un camión y más tarde acabó estrellándose contra la valla protectora que separa los dos sentidos de la circulación.