viernes. 26.04.2024

OPINIÓN | La madre que nos (me) parió

La madre que nos (me) parió.
La madre que nos (me) parió es la que se desternilla, Josefa, segunda por la derecha.

La madre que nos (me) parió se había dedicado, mucho antes que a mí, a tantos otros con mi mismo nombre. La madre que nos (me) parió renunció a parte de su adolescencia y juventud complementando a la del otro: su hermano. 

La madre que nos (me) parió apostó, antes de casarse, por el rural, su familia y esta tierra... Además de por el amor incondicional -como él también lo hizo-, decidiendo quedarse y no cocinar para cientos de alemanes en una fábrica. 

La madre que nos (me) parió compraba docenas de cuadernos de tapa plástica en Portugal, en cada Santos, para todo un año. Ella misma supervisaba su adecuado uso y no daba ninguno por rematado hasta llegar a la última de sus hojas. 

La madre que nos (me) parió se sentaba frente a mí, me ponía mi cabeza en su regazo y me rascaba la espalda al ritmo de la musiquita de la familia Telerín. ¡Oye!, mano de santo para dormir. 

La madre que nos (me) parió complementaba los tiempos muertos frente al potaje con sus explicaciones y supervisiones matemáticas. Si el cocido familiar exigía demasiada atención, llamaba a su sustituta, "Lines", la vecina de enfrente. 

La madre que nos (me) parió descubrió a finales de los setenta que añadir yogur a la masa de un roscón lo volvía menos seco, y más sabroso y digerible... ¡Sin Google ni Arguiñanos!

La madre que nos (me) parió era como Atila, en el campo de fiesta o verbena que pisaba, dejaba de crecer la hierba. 

La madre que nos (me) parió tejía jerséis sin departamento de diseño, ni patronistas, pero que acababan siendo la envidia de los compañeros del María Inmaculada. Combinaban también con guantes, bufandas y hasta gorros, en un pueblo donde la primavera tardaba mucho más en llegar que en El Corte Inglés.

La madre que nos (me) parió era artista, capaz de subirse a un escenario para interpretar a un pobre ciego que todo lo veía o de figurar en el elenco de un largometraje del 2000 grabado en Cabreiroá, nominado a tres Goyas y acreedor del de la mejor música original en 2001. 

La madre que nos (me) parió tricotaba y hasta Baltar padre se llevó, como agradecimiento a aquella subvención que permitió contar con telar en Vilardevós, una bufanda para las duras primaveras. 

La madre que nos (me) parió tenía su gran chorro de voz. Cantaba de pena pero no precisaba zapatilla si gritaba

La madre que nos (me) parió me quería ver hermoso, léase gordo. 

La madre que nos (me) parió me pedía siempre el mismo tema al acordeón.

La madre que nos (me) parió decretó un 11 de abril de 2007 no volver a hablar de cáncer en casa

La madre que nos (me) parió pidió, la noche del 23 de enero de 2009, alimentar al canario que al día siguiente también aparecería muerto en su jaula. 

La madre que nos (me) parió cree que ya me ha soltado su mano, yo creo que no... Y volveríamos a discutir. 

La madre que nos (me) parió, seguro era como la de todos ustedes: Protagonista... De toda nuestra vida

OPINIÓN | La madre que nos (me) parió
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