La plaza García Barbón volvió a ser testigo, este domingo, del gran poder de convocatoria de la asociación de amantes de las Vespas verinense, que presiden los hermanos Domínguez. Hasta Verín llegaron vehículos de dos ruedas procedentes del norte luso, toda Galicia, buena parte de Asturias, algún representante cántabro y también de León o Zamora.
Tras la necesaria inscripción, los amantes de estas legendarias motocicletas partieron hasta la avenida de Castela, en Verín, después de un breve recorrido por la villa. Era obligada la foto de familia delante del reciente monumento inaugurado meses atrás en honor a todos los moteros.
De allí, transitaron hasta Monterrei para, desde Villaza, acabar desembocando en la "carballeira" de Oímbra, al lado de casa consitorial. La organización, en colaboración con el Concello olimbriguense, ofreció un pequeño aperitivo a los asistentes. La alcaldesa de Oímbra, Ana María Villarino Pardo, se dirigió a los presentes agradeciendo su visita e invitándoles a volver a su municipio tras resumirles, rápidamente, sus excelencias, entre ellas, el vino degustado.
La visita al entorno de la capilla de Santa Ana puso fin al recorrido por Oímbra. Todavía quedaría pendiente un pequeño viaje por tierras de Vilardevós -de Verín a Vilardecervos- para desembocar de nuevo en el valle por Oímbra.
La comida de confraternización en el Restaurante Brasil verinense puso fin a la décimo primera concentración de estos vehículos.