jueves. 25.04.2024
José Antonio Vázquez Taín, director de las Jornadas, y el comandante Víctor Souto. | FOTO: Carlos Montero.
José Antonio Vázquez Taín, director de las Jornadas, y el comandante Víctor Souto. | FOTO: Carlos Montero.

Que los primeros compases de la cuarta edición de las jornadas de Novela Negra han dejado un formidable sabor de boca, pese a la temática abordada, es absolutamente innegable. No solamente por la calidad expositiva y experiencia acreditada de sus ponentes, sino también por los mensajes lanzados desde el escenario al patio de butacas. 

León Calviño, el "killer" del narcotráfico arousano dejó curiosas píldoras de lo que fue su principal actividad profesional como comisario de Policía en Vilagarcía. Abrió la espita del interés de un buen puñado de alumnos del Chivite y María Inmaculada, que seguro lo hubiesen mantenido intacto por la tarde de haber acudido a las dos siguientes conferencias del día del estreno. En ellas, dos verdaderos pesos pesados, uno de la investigación criminal al más alto nivel estatal, el jefe del Servicio de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil, Víctor Souto, gallego de Ferrol nacido en 1987, y máximo responsable en la investigación de conocidos y mediáticos casos crueles como la desaparición de Diana Quer, la de la profesora zamorana asesinada en Huelva, Laura Luelmo, o el crimen brutal del concejal de Llanes, Javier Ardines.

El otro, Iria del Río Tajes, médica forense del IMELGA -Instituto de Medicina Legal de Galicia- en Pontevedra.

Si algún asesino en potencia hubiese asistido a su conferencia, seguro que oyéndolo se le hubiesen quitado las ganas de ejecutar cualquier fechoría criminal. Su exposición fue tan "minuciosa" -término que repitió hasta la saciedad-, que los presentes abandonaron la sala mucho más convencidos de la ejemplaridad y buen hacer del cuerpo especializado del Instituto Armado. 

No existe crimen perfecto, existe una investigación defectuosa (Víctor Souto, comandante de la Guardia Civil y Jefe del Servicio de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO)

Inició su interesante exposición remitiéndose a un documento antiguo pero de rabiosa actualidad dentro del Benemérito cuerpo: su cartilla. "(...) Practicando estas indagaciones con el detenimiento y minucioso examen que tan delicado asunto requiere, tal vez no se cometerá un crimen cuyos autores no sean descubiertos", reza uno de los artículos, el 24, del histórico pero no por menos actual código de conducta de todo Guardia Civil. Souto no dudó en refrendar "aquello que ya defendía nuestro fundador, el Duque de Ahumada. No existe el crimen perfecto, existe siempre una investigación defectuosa, por eso la necesidad de la minuciosidad en el trabajo de cada uno de los agentes que intervienen en el caso es verdaderamente fundamental para llegar a su resolución", apuntó Víctor Souto. 

Comenzó situando a los asistentes en las líneas de trabajo de su unidad, centrada en la investigación, por un lado, de actividades delictivas, y por otro, de los hechos consumados. Fue aquí donde dejó perlas exquisitas para entender mejor cómo funciona su unidad y a los peligros que pueden llegar a condicionar un exitoso resultado de un caso. Supimos, por ejemplo, que para tal fin son capitales una buena dirección y organización de los agentes a su mando, la minuciosidad en todos y cada uno de los pasos, la importancia del trabajo en equipo y, sobre todo, "el protagonismo que nunca le debemos arrebatar a la víctima, ella y nadie más es la verdadera protagonista, no hay otra". 

Varios tirones de orejas recibieron los medios de comunicación en su alocución, aunque efectuados desde la comprensión "de que ellos hacen su trabajo y también tenemos que entenderlo". Sin embargo, gracias al joven comandante, supimos que algunos de los compañeros llegaron, con su actitud, a dilatar la resolución del caso del pequeño "pescaíto" Gabriel Cruz: "Nuestra unidad tenía una hipótesis principal, la de Ana Julia Quezada, y estábamos seguros de que ella era la única culpable. Pero queríamos que fuese ella la que acabase llevándonos al lugar donde se hallaba el cuerpo del pequeño. Era imposible. Cualquier paso que ella daba era seguido por una nube de periodistas, nosotros también íbamos, pero ella no lo sabía. Precisamente ese seguimiento que hacía la prensa de sus pasos impedía que ella actuase con la aparente naturalidad que nos llevaría a su detención. Tuvimos que reunirnos con los medios para pedirles que no la siguiesen. Aceptaron. Al día siguiente, sin esa presión, Ana Julia fue al lugar en donde estaba el cuerpo del pequeño y la detuvimos", relató. 

Souto Fernández recalcó una y otra vez la necesidad de estudiar hasta el más mínimo detalle para dar con el asesino en un determinado caso. Así, en el de la desaparición de Manuela Chavero, en Monesterio (Badajoz), no fue determinante pero sí indiciario para dar con el autor del crimen "el análisis del consumo eléctrico de las viviendas de la localidad en la hora siguiente a la última de las conexiones de Whatsapp de la víctima, fijada a las 1:55 horas. Detectamos que tres casas más abajo de la de mujer desaparecida, hubo un consumo inusual de energía eléctrica entre las dos y las tres de la mañana". Esa minuciosidad en el análisis de lo que el comandante llamó "registros técnicos" acabó situando a su unidad en la hipótesis correcta. 

Concluyó su didáctica y esclarecedora exposición situando al posible asesino en el entorno de cualquier de nosotros: "Todos tenemos cinco o seis ámbitos en los que nos movemos, salvo el del delito, la mayoría de nosotros tenemos un ámbito sentimental o de amistades, otro de ocio, el de la familia, el de los vecinos y el laboral. En ellos, en la práctica totalidad de los casos, está el asesino", apuntaba, para concluir su charla dejando meridianamente definido cuales son las principales líneas para resolver un caso: "No dejar de ser imaginativos, creativos y flexibles en una investigación. Tener muy claro que el éxito llegará con minuciosidad, constancia y trabajo en equipo. Ser fuertes ante el desgaste moral que supone una investigación larga que no da los frutos esperados en el tiempo que nos demandan, no dar nunca una investigación por perdida y, sobre todo, y por encima de todo, considerar a la víctima como la única protagonista", apuntaba. 

Son las anteriores las claves de un éxito que acaban "por añadir un componente emocional que llega a ser adictivo, porque en el fondo acabamos conociendo a las víctimas mejor que sus propias familias. Llegamos a los secretos que todos tenemos y que nadie conoce", reconoció, para concluir, el comandante de la Guardia Civil y jefe del Servicio de Homicidios de la UCO, Víctor Souto Fernández. 

Nuevo concepto: "Feminización de la pobreza"

Iria del Río Tajes, médica forense del IMELGA -Instituto de Medicina Legal de Galicia- en Pontevedra, fue la encargada de finalizar la sesión de tarde con una charla sobre la violencia contra la mujer desde la perspectiva forense, e introdujo en ella un nuevo concepto todavía aún desconocido para la mayoría de la población: la violencia económica contra la mujer, aportando preocupantes cifras: "El 70 por ciento de las personas pobres son mujeres", señaló, en un claro ejemplo de la "feminización de la pobreza". 

Intensa y vespertina jornada de sábado

Las jornadas finalizarán este sábado por la tarde de la mando de escritores reconocidos en el panorama nacional. Xoaquín Leiceaga presentará su obra “Baixo as alas de abril”, Alejandro Corral trae hasta el auditorio “La dama del Prado” y Arantza Portabales presentará “A vida secreta de Úrsula Bas”. Para finalizar la cuarta edición de este ya consolidado evento cultural, el verinense y director de informativos del Centro Territorial de RTVE en Galicia, Rafa Cid, dirigirá una mesa redonda en la que participarán todos los ponentes. 

NOVELA NEGRA | Víctor Souto: "Acabamos conociendo a la víctima mejor que su propia...