lunes. 29.04.2024

OPINIÓN | La venganza de los intocables

José Luis Doval, Félix Rubial y Santiago Fernández Cebrián, el día en el que intentaban explicar las razones del cierre del paritorio.
José Luis Doval, Félix Rubial y Santiago Fernández Cebrián, el día en el que intentaban explicar las razones del cierre del paritorio.

Mira que lo tenían fácil, jefe (de Ginecología). Con dejar que pasasen los meses e incluso años sobre los cincuenta y tantos folios del expediente iniciado contra ti e instigado por el mismo que presidía la terna de intocables en aquel salón de actos del hospital, hubiese sido suficiente. Esto es, el camino de en medio. Un silencio forzado sobre una instrucción hubiese sido la solución más inteligente para ellos. Habrían conseguido el objetivo subliminal de amedrentar a otros que algún día decidiesen alzar la voz y chupar cámara en los informativos y, de paso, dejar tu currículum intacto.

Pero, no. Si hay algo que define una parte de la gestión de Rubial en Ourense, es la venganza. Lejos de serenar los ánimos de Alicia cuando llegó quejándose de una supuesta falta de consideración por tu parte hacia su profesionalidad y persona, no hizo no más que instarla a que elevase la queja más allá de lo políticamente recomendable. Ella misma, la supuesta pediatra atacada, reconocía ante la instructora que inicialmente no hubiese comenzado el proceso, pero que sus superiores le habían conminado a ello. Intentaría más tarde retractarse de su primera afirmación, sin conseguirlo claramente para todos los que algo de entendederas tenemos. 

La pandemia dejó archivado temporalmente una instrucción que, ironías del destino, acabó desempolvándose con el aniversario de la histórica marcha por las calles de Verín. Otra de las cagadas de esas de las de libro para cualquier "Iván Redondo" de la política, la de desenvainar el sable justo cuanto tocaba a cumpleaños de la mayor contestación social de los verinenses contra una decisión a todas luces injusta y claramente hostil al futuro de la comarca de Monterrei. 

Volvieron las muestras de cariño y afectos de los muchos que te apoyan, e incluso de los advenedizos que no paran de hacerse fotos delante del hospital, quizás por tu tirón mediático. No pudo congregarse una multitud porque la responsabilidad así lo recomendaba. Si no, el apoyo hubiese sido, de nuevo, ingente. Por si a alguien le falla la memoria, estamos ya en el 30 de noviembre de 2020.

Creen que el verano diluirá el compromiso de toda una comunidad con la defensa sin miedo que tanto tú como el resto de profesionales de tu jefatura y vuestras mosqueteras matronas protagonizasteis entre los meses de diciembre del 2019 y febrero del 2020

Y, ahora, siete meses después vuelven otra vez a la carga, haciendo bueno el dicho de que un buen plato de venganza se sirve a temperatura de glaciar. Creen que el verano diluirá el compromiso de toda una comunidad con la defensa sin miedo que tanto tú como el resto de profesionales de tu jefatura y vuestras mosqueteras matronas protagonizasteis entre los meses de diciembre del 2019 y febrero del 2020. 

Si a ti te han caído dos días por esa aparente afrenta con una compañera... ¿Con cuántas semanas empapelamos al gerente por menoscabar públicamente y ante las cámaras vuestra profesionalidad aquel 25 de noviembre de 2019? ¿Cuántas jornadas de descanso le emplumamos al profesional sanitario enviado desde Ourense "que arrancó al bebé del pecho de su madre" -palabras del padre- a las cinco de aquella mañana? ¿Bastarán 15 días de sanción a la pediatra que el tres de enero del 2020 intimidaba a los padres de Anddrea Larisa, se enfrentaba con el resto de compañeros y salía airada del paritorio después de no lograr su objetivo de llevarse a la pequeña a las dos de la madrugada sin más motivo que una orden expresa de sus superiores? ¿Sancionamos también a los 44 firmantes de un bochornoso papelito que mostrar a Feijóo para mantener el empecinado cierre del paritorio?

Has puesto la cara y creen que han logrado abofeteártela. Ese guantazo ya nos duele a todos. Puedes estar tranquilo que, menos en las urnas, en la calle sí puedes contar con nosotros. 

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