Ángeles Álvarez Pereira nació en Vigo (Pontevedra) en 1970. Comenzó profesionalmente en el ámbito de la educación, ejerciendo como educadora infantil y coordinadora de una escuela. Desde hace 18 años es la directora del Centro de día Parque Castrelos (Vigo).
Es Técnico especialista en Educación Infantil, Técnico Auxiliar en Cuidados de Enfermería y está finalizando el grado en Educación Social. En 2006 fue la vicepresidenta de la primera asociación de Centros de día de Galicia (Acediga), disuelta en 2013.
De un grupo de Whatsapp, llegada la pandemia y después de constatar que este sector sería uno de los más afectados, surgió ACDgal, la asociación de centros de día de Galicia, nacida inicialmente de una plataforma y de la que es su presidenta.
Estará este viernes, acompañando al tesorero de su colectivo, Pedro López Cadilla, a las 20:00 horas en el centro de día Solleira del Concello de Verín, participando en el ciclo de conferencias que organiza su dirección.
¿Por qué nace la asociación?
La asociación nace en octubre de 2020, para dar carácter formal a la Plataforma de centros de día que surge de modo espontáneo durante el cierre de los mismos, al principio de la pandemia. Con el cierre de los centros, miles de personas usuarias dejan de recibir nuestros servicios de apoyo en las ABVD -actividades básicas de la vida diaria-, así como en las terapias dirigidas al mantenimiento de su estado físico, cognitivo y social.
Las demencias son enfermedades neurodegenerativas que no tienen cura, pero que, con estimulación y terapias no farmacológicas aplicadas en los centros, se consigue ralentizar y minimizar sus efectos negativos. Los profesionales de los centros de día, de forma espontánea, altruista y solidaria, se organizaron para dar cobertura a las personas usuarias que vivían solas, o a aquellas que viviendo con sus cuidadores necesitaban asesoramiento profesional para seguir realizando estimulación cognitiva y funcional. Nos llamaban desesperados porque veían como en pocas semanas sus familiares habían sufrido un deterioro gravísimo.
La asociación nace para defender los derechos de las personas mayores y de los centros de día, que en aquel momento fue uno de los sectores que permaneció más tiempo cerrado y al que se le aplicaron medidas preventivas de las más restrictivas.
En el confinamiento, nos llamaban desesperados porque veían como en pocas semanas sus familiares habían sufrido un deterioro gravísimo
¿Cómo está siendo la respuesta de la Xunta a sus principales demandas actuales? Recuerdo que en plena pandemia tuvieron que luchar lo suyo para considerar este servicio como esencial.
En la primera etapa de la pandemia, ante el desconocimiento de la enfermedad y teniendo en cuenta lo que estaba sucediendo en las residencias, la Administración optó por cerrar los centros como medida de prevención para proteger a las personas mayores. El problema fue que cuatro meses para estas personas es una eternidad. La percepción de finitud de la vida, cuando se tienen 90 años no es la misma que la de un joven. El sector, organizado por aquel entonces desde la Plataforma de centros de día, reclamaba a la Administración la consideración de servicios esenciales, porque las personas no fallecían a causa de la Covid - 19, pero sí por falta de atención especializada, falta de rutinas y las terapias que se le proporcionan en los centros de día. El deterioro de algunas personas fue tan tremendo que ya no pudo reincorporarse tras la reapertura. La Administración quería prolongar el cierre, se resistía a la reapertura por miedo, sin embargo, la reactivación de nuestros centros demostró, que aplicando los protocolos impuestos por sanidad y con la colaboración de las familias fuimos centros seguros donde hubo muy poca incidencia del virus.
Durante nuestro cierre, las personas no fallecían a causa de la Covid - 19, pero sí por falta de atención especializada, falta de rutinas y terapias que se le proporcionan en los centros de día.
¿Cree que aún es necesario explicar qué es lo que se hace en un centro de día?
Sí, desde mi experiencia como directora de un centro de día en Vigo desde hace 18 años, aunque observo que cada vez la gente llega más informada, es cierto que sigo recibiendo a personas mayores y a familias que desconocen los servicios que prestamos.
¿Por qué cree que hay esa escasa cultura de estas instalaciones?
Fundamentalmente, es un tema cultural que responde a la incorporación tardía de la mujer al mundo laboral y de la todavía, extendida idea, de que los cuidados de las personas mayores son exclusiva responsabilidad de las mujeres de la casa. Es cierto también que son un recurso relativamente joven. Los primeros centros de Galicia se abrieron hace unos 20 años, proliferando a partir de la llegada de la Ley de la Dependencia en 2006.
¿Cuál es el perfil idóneo de un usuario de un centro de día?
A los centros de día acuden personas mayores con perfiles muy diversos y por diferentes motivos. Por lo que nos podemos encontrar desde personas que vienen para no estar solas en casa y mantenerse activas, hasta personas con diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas con diferentes grados de dependencia. En cuanto a lo que me pregunta del perfil ideal, podría ser el que acude de manera preventiva o en unas fases muy iniciales de las enfermedades. Estas personas se mantienen estables durante más tiempo cuando participan en programas de estimulación cognitiva, funcional y social adaptados a sus necesidades.
Las personas con enfermedades neurodegenerativas en fases muy iniciales se mantienen estables durante más tiempo cuando participan en programas de estimulación cognitiva, funcional y social adaptados a sus necesidades.
Solleira, el centro de día del Concello de Verín, es una parada más en esa labor de divulgación por toda Galicia.
Sí, los miembros de la directiva y coordinación de ACDgal hemos participado en conferencias, mesas redondas y charlas en varias ciudades de Galicia. Hemos colaborado en eventos orientados a profesionales del sector, pero también a centros de formación. La labor divulgativa y educativa de la asociación es muy importante, debemos trasladar a la población la importancia del envejecimiento activo y de la prevención.
Escogimos Verín, aceptando la invitación de la directora del centro de día Solleira, Chelo Ferreiro, socia de ACDgal. Este centro es el único centro de personas mayores de Verín, que ha tenido la amabilidad de incluirnos en su ciclo de conferencias para que contemos a la población de este maravilloso lugar cuáles son las bondades de los centros de día.
¿En qué está trabajando ahora su asociación?
El colectivo trabaja en trasladar la necesidad de un cambio de modelo de atención, creemos que la atención debe centrarse en las personas. Orientado hacia la continuidad de sus proyectos de vida, teniendo en cuenta sus historias y respetando los gustos y preferencias de las personas. Las terapias deben realizarse a través de actividades significativas, evitando la infantilización y desde lo cotidiano. Hay que incentivar la participación por parte de las personas usuarias en las tomas de decisiones. Debemos seguir esforzándonos en tener profesionales preocupados por la formación continua y desterrar los servicios meramente asistenciales. Los centros deben ser lugares vivos y dinámicos conectados con la comunidad, etc.
Por ello, trabajamos en nuestro II Congreso y estamos elaborando un calendario con formación.
También seguimos trabajando por la unidad y defensa de los derechos de los asociados, por ello, en breve nos reuniremos con los responsables de Política Social para exponer algunos temas que nos afectan.
Debemos seguir esforzándonos en tener profesionales preocupados por la formación continua y desterrar los servicios meramente asistenciales. Los centros deben ser lugares vivos y dinámicos conectados con la comunidad
Supongo que los centros de día sufren, también, ese mal endémico en el sector, que no es otro que los retrasos en la valoración de la dependencia de nuestros mayores.
Desconozco cuál es el retraso actual de la valoración de la dependencia, pero en todo caso, los que sufren el mal endémico son las personas dependientes que no pueden acceder a un recurso que necesitan para mejorar su calidad de vida por carecer de los ingresos suficientes para financiarlos.
¿Por dónde pasa la solución a ese problema?
El problema casi siempre es el mismo, económico, así como la falta de profesionales que agilicen los trámites. Entiendo que aumentar las partidas destinadas a dar respuestas a las demandas sociales sería una buena solución.
Enumere, para concluir y a su juicio, las principales ventajas de un centro de día frente a otras opciones como el servicio de ayuda en el hogar o una residencia.
Todos los recursos tienen su finalidad e incluso nos podemos complementar. La gran ventaja de los centros de día es que favorece la posibilidad de que las personas mayores con dependencia puedan permanecer viviendo en su casa. Acuden durante el día al centro para mantenerse activo y participar en programas terapéuticos, mantienen las relaciones sociales tienen cubiertas necesidades básicas (alimentación, higiene personal, supervisión de la alimentación, etc.).
La familia y cuidadores directos pueden conciliar la vida familiar con la vida laboral. La relación horas de servicio precio es asumible para las personas usuarias.
La gran ventaja de los centros de día es que favorece la posibilidad de que las personas mayores con dependencia puedan permanecer viviendo en su casa.