Xoves. 28.03.2024
Miguel Vilachá, autor del único tanto local, sufre una entrada de Bargiela. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.
Miguel Vilachá, autor del único tanto local, sufre una entrada de Bargiela. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

Hay días en los que no son tu día, y el de la tarde de domingo no fue el del Verín. Poco más de 15 minutos duró la alegría en la grada local, el tiempo que tardó el Porriño Industrial en recolocar el marcador a su favor después del penalti que lo adelantó en el 49 de partido. 

La primera mitad, de claro dominio visitante, aunque sin certeras ocasiones, solamente dejó en la retina del aficionado la oportunidad de Hugo en el 17 tras un despeje en falta del cancerbero visitante y otra poco clara de Mouriño, que acabó empachándose de balón en el 32. Por contra, los industriales avisaron claramente en el 30 con un disparo de Calviño a la madera en una contra de tres contra tres y en otra en la que Bargiela obligó a Jorge a lucirse una vez más a cinco para el final del primer tiempo. 

O el Verín cambiaba tras el descanso o los tres puntos volarían del Arjiz, como así acabó siendo. 

En el 49 sería Castiñeira el que trasforma un penalti provocado tras una deficiente cobertura después de un saque de esquina rival. El cabreo de Vilachá era notorio, público y audible. Jorge se estiró adivinando perfectamente la intención del contrario, pero a destiempo para interceptar el balón. 

Debió pinzársele el orgullo a los locales, porque siete minutos tardó desde entonces Hugo en estrellar el esférico en el larguero. La grada se animaba y las esperanzas subían enteros. Tanto, que en el 59 Miguel Vilachá remataba a gol con Hugo como maestro de la genialidad anterior

El Verín volvía al partido e incluso Mouriño tuvo, en el 62, la oportunidad de adelantar a los locales. También Luisito y, de nuevo, Miguel Vilachá desperdiciaban por falta de entendimiento otra manifiesta oportunidad en el 66.

Un espejismo

Sin embargo, todo lo anterior fue un espejismo. Barbosa calza el 1-2 solo ante Jorge en un clamoroso fallo de la zaga local que todavía hoy lunes Vilachá -Juanjo- hace números para explicárselo. 

Era el entrenador local el que, tras el 1-2, daba indicios del resultado final. Sus carreras por la banda eran inexistentes, no había sentadillas, dejó de jurar en arameo y ya no se echaba las manos a la cabeza. Veía al equipo perdido. Tanto, que acabó Pardavila a seis para el final de rematarlo de un zapatazo soberbio que nadie vio, ni Jorge. Y es que ya lo decía Juanjo Vilachá en el minuto 80: "Nos estamos tirando tiros en los pies". Y así fue, hasta tres, que incluso pudieron ser cuatro si el porriñés Sergio, ya en el descuento, llegase a acertar otro balón desahuciado. 

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