La preocupación por el posible desmantelamiento de la cocina del hospital comarcal es latente entre el personal contratado por la empresa concesionaria y las propias fuerzas sindicales con representación.
Desde enero se han observado movimientos de operarios que se han presentado a medir las instalaciones de la cocina del hospital de Verín, lo que ha hecho saltar las alarmas, ya que se plantea la posibilidad de distribuir y trabajar una línea caliente y fría, que implicaría comida ya preparada y traída desde Ourense para los pacientes, envasada y en bandejas, que llegaría en unos carros especiales que se enchufarían y calentarían poco a poco hasta la hora de las comidas, en la que los auxiliares las repartirían.
Debido al revuelo, personal implicado en esta supuesta decisión se desplazó hasta Verín para reunirse y tranquilizar a los trabajadores, asegurando que este año la propuesta no se hará efectiva.
Fuentes sindicales han asegurado que "temen la posibilidad de que esta decisión se haga efectiva el año que viene". Además de los puestos de trabajo -ya que son 15 personas que acabarían en el paro-, afirman que se perdería calidad, puesto que la comida que se serviría sería prefabricada días antes. Actualmente, los menús se hacen en base a las necesidades alimentarias de los pacientes del hospital -tales como diabetes, hipertensión, intolerancias, alergias o las enfermedades y dolencias que en ese momento se padecen-.