Lo del miércoles noche fue un ensayo comparado con el conciertazo de hoy. Hasta el cielo quiso acompañar con los efectos especiales de una cercana tormenta eléctrica, sumándose a la fiesta que, hoy sí, queda ya completamente instaurada a eso de las 19:30 horas en el Paseo do Támega de Verín.
Los vecinos se pasaron buena parte de la tarde engalanando los balcones. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.
Todos los inquilinos o propietarios de sus viviendas salieron a sus coloridos balcones, llenos de guirnaldas, luces y alguna que otra bandera, nacional y gallega. No faltaron tampoco, por esto de que Verín es tierra de Entroido, algunos personajes, como un par de Spidermans en un segundo o alguna que otra brujita menuda. Tanta era la fiesta que se preveía que hasta una dotación de la Policía Local de la villa decidió sumarse a ella desde el vehículo patrulla. Hubo incluso quien extendió unos metros el paseo de su cánido para hacerse con alguna imagen de la sesión de tarde del barrio más movido a orillas del afluente del Duero.
No hizo falta pasar lista a ninguno de ellos, estaban todos, todos aquéllos con vivienda abierta en el bloque de edificios, porque todos, sin excepción, tenían encendidas las luces de la cocina, de su salón o de alguna de las habitaciones. Y sus ocupantes dándolo todo vocalmente tras la música de un pinchadiscos colocado en el primero de uno de los portales. Tuvieron incluso el detallazo de cantarle el "cumpleaños feliz" a uno de los vecinos, que cumplía tacos confinado, como los demás. Dos o tres piezas para calentar la voz y, cuando uno de los jóvenes gritó aquello de "ehhh, que son las ocho", el exitazo de la tarde: "A Rianxeira", como así habían anunciado en la presentación de sus "Cuarentena Principales" de Radio Támega, la fiesta que desde este miércoles y seguro hasta que concluya el confinamiento gubernamental estará asegurada un poco antes de las 20:00 horas.
Pero es que Verín se está convirtiendo en toda una fiesta, pisen donde pisen. La música y sus estilos van por barrios. Mientras al lado del río tiraban por éxitos de los setenta y ochenta, con alguna inclusión tradicional, poco después de las ocho de la tarde, en el centro, lo que se dejaba oír en Laureano Peláez, Deputación y José Santamarina, otro de los barrios más animados aunque con menos ganas de aumentar el recibo de la luz -estaba casi todos en penumbra-, era Camela y su "Sueño contigo", con el Covid-19, probablemente. No muy lejos una solitaria gaita apuraba los últimos compases de la música del más clásico de todos los clásicos del pueblo gallego, letra de Eduardo Pondal y música de Pascual Veiga, el himno.
Y, como si de una batalla de discomóviles se tratase, desembocando Laureano Peláez en Luis Espada, sorpréndanse, lo que se oía era otro éxito pero más veraniego y dedicado a otro ser a exterminar siempre que aparece en la rama de algún tubérculo: "La cucaracha", en versión del Combo Dominicano.
El pueblo de Verín acabará haciendo de su villa toda una fiesta a eso de las ocho de la tarde
Amaro Refojo, Rosalía de Castro y Hermanos Fernández Álvarez todavía no despuntan demasiado en el arte del disc-jokey y se limitaron a unos modestos aplausos y a reproducir el hit de este confinamiento, "Resistiré" (Vídeo grabado por Patricia Meno Sola).
Puede que pinte esta pandemia peor de lo que habíamos imaginado; puede incluso que el periodo de reclusión domiciliaria se extienda, pero de lo que ya no cabe duda alguna es que el pueblo de Verín acabará haciendo de su villa toda una fiesta a eso de las ocho de la tarde.
