La lluvia, el frío y los días grises nos ayudan a que el aislamientos debido al coronavirus se nos haga más llevadero. Ver sol y sentir calor al acercarnos a una ventana incita a salir a la calle o a generarnos más ansiedad por no poder hacerlo.
Han sido muchos los rumores acerca de la resistencia del coronavirus al frío o al calor. Incluso se interpretó que el COVID-19, al igual que la gripe común, terminaría desapareciendo con la llegada del calor durante la primavera y el verano.
Sufrimos unos cambios bruscos de temperatura las pasadas semanas. De días de calor a días de lluvia y frío. ¿En qué medida se frena la propagación o se aumenta? ¿Qué clima favorece más su expansión?
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