La falta de intervención en el consistorio verinense había bloqueado notablemente el normal funcionamiento de su departamento de tesorería, hasta el punto de acumular importantes cantidades de facturas de proveedores a los que no se podía liquidar bien porque alguna de las partidas del presupuesto estaba excedida o bien porque algún gasto carecía de la oportuna consignación presupuestaria.
La convocatoria de la plaza temporal de un interventor por parte de la concejalía de Recursos Humanos, tras varias peticiones fallidas a la Deputación de Ourense y Xunta de Galicia para que designasen a un habilitado nacional al Concello de Verín -algo que le negaron sistemáticamente hasta en siete ocasiones los dos organismos, quizás con la clara intención de un bloqueo económico evidente previo a la etapa electoral, como el que ya había tramado Jiménez Morán en enero del 2019 y que este diario destapó-; está permitiendo que comiencen a desbloquearse importantes cantidades de facturas pendientes de pago para que los proveedores del consistorio verinense empiecen a cobrar.
La sesión de este lunes, en convocatoria extraordinaria, aprobó, precisamente, el reconocimiento de facturas del pasado ejercicio 2021 y la adecuación de las mismas a los gastos previstos en el presente presupuesto de 2022, esto es: una factura del 2021 que no tuvo cabida en el presupuesto de ese año por llegar fuera de plazo, no tener partida propia o estar ésta excedida, se incorpora al presupuesto del 2022 como si se tratase de un gasto de este ejercicio, lo que permitirá que se salde oportunamente su importe.
Así, con los votos a favor de los dos grupos de Gobierno, se reconocieron facturas por importe de 2.064.000 euros correspondientes al ejercicio 2021 que, con otro medio millón de euros aproximadamente de gastos del 2022 que aún no había sido reajustados al presupuesto en vigor; suman un total de 2,5 millones que saldrán de las arcas municipales camino de las cuentas corrientes de sus proveedores, algo que supone un importante alivio para todos ellos y, también, para el Ejecutivo local, que comienza a resolver uno de los principales problemas que la falta de intervención le había acarreado.
Préstamo de 1,2 millones de euros
En el pleno de este lunes también se aprobó de manera definitiva la contratación de un préstamo a largo plazo de 1,2 millones de euros para la financiación de las obras previstas en el plan municipal de inversiones, dejando la cifra total de deuda bancaria, según el líder del Partido Popular, en 6,9 millones de euros. Circunstancia que aprovechó, una vez más, para sacar a la palestra su recurrente y recurrido discurso del "grave endeudamiento al que están sometiendo este concello, el más endeudado de la provincia, y todo fruto de la dilapidación del dinero de todos los verinenses", eludiendo en su alocución archiconocida la deuda histórica -unos cuatro millones- que su equipo de Gobierno dejó cuando fue desalojado del sillón de mando allá por 2015 y sin hacer referencia alguna a los importes que el ayuntamiento tiene pendientes de cobro no solamente de Administratciones Públicas como la Xunta o el Estado -más de un millón de euros de las subvenciones concedidas y aún no cobradas del IDAE-, sino también de los administrados -recibos y tasas pendientes de cobro y ya en vía ejecutiva-.
