El año terminó en Verín con un componente reivindicativo adicional a la fiesta de las campanadas de Nochevieja. Dos han sido los focos de la tradición, pero también de protesta y de una innegable actitud combativa contra las circunstancias, como lo fue el fin de año protagonizado por los integrantes del encierro en el hospital o, soportando gélidas temperaturas, el encabezado por más de medio centenar de personas que decidieron, con la Rúa Maior como nexo de todas ellas, celebrar la llegada del 2020 en plena calle y al compás del campanario de la Iglesia Parroquial Santa María la Mayor de Verín.
La práctica totalidad de los comerciantes de la Rúa Maior -y también residentes, muchos de ellos de vacaciones-, desafiaron los bajísimos registros de ayer noche y tomaron las uvas siguiendo al reloj parroquial, que dio algún que otro cuarto más de los emitidos desde la Puerta del Sol madrileña. El medio centenar de asistentes estaban perfectamente pertrechados de todo lo necesario para dar la bienvenida al 2020: Matasuegras -imprescindibles tras la última de las campanadas-, gorritos, confeti, champán aportado por familias y negocios y, cómo no, uvas para todos ellos e incluso para alguno que hubiese decidido participar sin proveerse de lo necesario.
Así, con música de cedé y una estufa de butano en forma de "seta" que permitió combatir el frío en las principales extremidades, llegó el momento de tránsito de año. A pie juntillas se siguió el guión, e incluso los participantes tuvieron la posterior oportunidad de inmortalizar el momento fotografiándose cual elfos por parejas en un pintoresco marco para un doble retrato.
A los organizadores, todos comerciantes de la céntrica Rúa Maior de Verín -que ya comenzaron en el mes de octubre con su particular caracterización de sus negocios-, no les cabe la más mínima duda de que volverán dentro de 364 días a festejar el fin de un año que ayer recibieron, por primera vez en la historia de la villa, con las campanadas de la parroquia.
LOS "BUENOS" DESEOS DE LA PLATAFORMA
Si los propietarios de los establecimientos de la Rúa Maior buscaban atraer nuevos clientes con sus acciones promocionales, entre ellas las campanadas; en el encierro del hospital que mañana cumple un mes después del cierre del paritorio verinense decretado con fecha de efectos el 1 de diciembre, el ambiente era también igual de festivo pero, por supuesto, sensiblemente más reivindicativo. Tras la cena, donada por varios establecimientos hosteleros y de repostería, llegó el momento de las campanadas, que siguieron por una pequeña pantalla de televisión. Nada más coronarse el cambio de año, turno para el brindis y la música de José Feliciano, con una particular y adaptada letra de su clásico tema "Feliz Navidad".
Horas antes, muchas eran las localidades en las que se disputaba alguna prueba deportiva. En "A Derradeira" de Allariz, las protestas contra el cierre del paritorio y el desmantelamiento del hospital verinense no solamente se hicieron oír sino que también algunos de los integrantes de la Comisión Delegada y de la propia plataforma reivindicativa en Defensa da Sanidade Pública da Comarca de Monterrei acabaron corriendo la práctica totalidad de su recorrido. La enfermera y matrona en Verín Belén Vázquez leyó un manifiesto antes de que comenzase la prueba deportiva.
En "A Derradeira", la última prueba deportiva del año en Allariz, una de las matronas del hospital verinense, Belén Vázquez, leyó un manifiesto en favor de la recuperación del servicio de partos del centro hospitalario de Verín.