domingo. 28.04.2024
Pepe Viyuela, en una de las últimas representaciones del espectáculo "Encerrona", que veremos también en Verín.
Pepe Viyuela, en una de las últimas representaciones del espectáculo "Encerrona", que veremos también en Verín.

Muchos de nosotros hicimos propia aquella pregunta de "Pero, ¿esto qué es?" en sus apariciones televisivas. El cántabro actor, director, humorista, filósofo, padre también de actores pero, sobre todo, y seguro que a mucha honra, payaso es la gran estrella invitada de la octava edición del Festival Internacional de Curtas Vía XIV de Verín. 

Presenta su documental "Un viaje hacia nosotros" -hoy viernes a las 20:30 horas, dirigido por Luis Cintora y con guion de Viyuela, quien participará en el coloquio posterior. Este sábado, traerá su espectáculo "Encerrona", para el que todavía quedan algunas entradas en ataquilla.com.

¿Ha podido descansar en agosto, o no?

No, en absoluto, he estado en muchas cosas, con muchas funciones, con la gira de Las Nubes que estrenamos en Mérida, preparando un nuevo espectáculo de teatro de cara al año que viene, con muchos viajes... Pero, no me importa, porque lo que hago me gusta. Ya llegará el momento de no hacer nada. 

¿Cuántos años lleva haciendo lo que le gusta? ¿Treinta? ¿Cuarenta años?

(Risas) Creo que lo llevo haciendo toda mi vida. Me lo he pasado bien siempre, quizás cuando iba a la escuela me costaba un poco ir, pero tampoco demasiado, eeeh. Ya de pequeño tenía mucha curiosidad. Todo aquello que te hace aprender, que te ilumina, que te abre puertas, conocer gente nueva... Creo que ese espíritu de conocer me ha hecho vivir siempre con mucho afán. Sí, llevo haciendo lo que me apetece desde que nací, he tenido mucha suerte. Estudié lo que quise y ahora trabajo en lo que quiero. 

Ya de pequeño tenía mucha curiosidad. Todo aquello que te hace aprender, que te ilumina, que te abre puertas, conocer gente nueva... Creo que ese espíritu de conocer me ha hecho vivir siempre con mucho afán

¿Fue primero ese espíritu "socrático", por decirlo de alguna forma, el de la Filosofía?

Bueno, sí, acabé estudiando eso, pero ya de pequeño tenía ese afán de abrir los juguetes, de mirar lo que había dentro. Me inculcaron mucha afición por la lectura y a viajar a través de las palabras. Creo que mis padres, sin saber muy bien que lo estaban haciendo, me estaban preparando muy bien para esta profesión de actor. Uno viaja a través de los personajes, y a través de las historias que cuenta. Y, por supuesto, físicamente también vas de pueblo en pueblo, conociendo gente distinta. Mi trabajo está un poco basado en aquello que tanto le gustaba a ellos. Aunque ellos no están, siguen estando a través de esa energía que me transmitieron y que ahora sale en todos mis espectáculos. 

¿Cuál es el Pepe Viyuela más auténtico: el actor, el escritor, el humorista, el filósofo, el payaso...?

Si hablamos de autenticidad, creo que hay un poco de todas esas cosas. Si hablamos de preferencias, yo me quedo con el Pepe Viyuela dedicado al payaso, ese Pepe Viyuela que se dedica a intentar hacer reír a la gente. Ese que intenta hacer que la gente reflexione de esa manera tan divertida que permiten hacerlo los payasos, poniéndonos delante de un espejo en el que nos veamos seres vulnerables, limitados, seres abocados constantemente al fracaso, pero a un fracaso nutritivo que hace que, en algunos casos, la vida se acepte como es y, en algunos otros casos, no se deje de luchar por intentar cambiarla. Si me quedo con una faceta, indudablemente es la de payaso, Y creo también que todas las demás están impregnadas de ese espíritu que ido haciendo mío. 

¿Nos iría a todos mucho mejor si hiciésemos más a menudo el payaso?

Síiii, sin duda, claro. Tomarnos todo muy en serio nos vuelve muy intransigentes, creo que tenemos que poner en cuestión siempre todo lo que pensamos. No digo que tengamos que estar cambiando de ideas todos los días, pero sí no considerarlas como sagradas. Cuestionarlas por nosotros mismos y, si luego viene alguien que nos convence de algo, dejarnos convencer si realmente lo ha conseguido. Los demás nos llenan de conocimiento, evidentemente hay que tener cuidado con los charlatanes, con los vendedores de humo, pero hay gente muy interesante a la que escuchar, que probablemente no la escuchemos directamente, sino a través de sus obras, de sus libros, de sus poemas, de sus películas. El arte, la literatura, la cultura en general está precisamente para eso, para esponjarnos el cerebro, que no se nos convierta en un mazacote; para que le entre el aire y podamos llegar a pensar una cosa distinta sin que eso suponga una traición. Otra cosa es estar al viento que mejor sople o convenga, eso es otra cosa. Pero, en el fondo, todo el mundo sabe cuando cambia de opinión porque ha cambiado de chaqueta o, por el contrario, porque ha sido convencido por otra opción. El payaso me ha ayudado muchísimo a relativizar las cosas y a pensar que puedo estar equivocado siempre. 

Tomarnos todo muy en serio nos vuelve muy intransigentes, creo que tenemos que poner en cuestión siempre todo lo que pensamos

Qué ojo tuvo "Chicho" Ibáñez Serrador con usted. Creo que la gran mayoría de todos nosotros le conocimos por el Un, dos, tres. 

Sí, yo ya había hecho televisión anteriormente. Con "Chicho" empecé a trabajar en el 93, pero ya desde el 88 había participado en algunos programas de TVE. Más que empezar en la televisión con él, creo que empecé a querer a la televisión de otra manera muy distinta a como la había querido antes. Me di cuenta de que allí había una persona que se tomaba muy en serio lo que hacía. Yo era muy joven, y él era muy sabio y ya mayor. Me hacía sentir muy bien que alguien con esa trayectoria pusiese su confianza en mí. 

El riojano actor, humorista, payaso y escritor, enfrascado en su inseparable silla plegable.
El riojano actor, humorista, payaso y escritor, enfrascado en su inseparable silla plegable.

Es el español al que más juego le ha dado una silla plegable. 

(Risas) Creo que hay un montón de niñas y niños jugando constantemente con cosas y sorprendiéndose y sorprendiéndonos de la cantidad de posibilidades que tiene cualquier objeto que caiga en las manos de alguien. Yo empecé con esa idea de darle vuelta a los objetos a partir de su mirada infantil, de ver como ellos eran capaces de entretenerse con un botón, con un dedal, con un palito, durante horas y horas. Y pensé, lo que aquí falla, refiriéndome a los adultos, es que hemos perdido la capacidad de imaginar, de sorprendernos. Han pasado 34 o 35 años y así sigo, dándole vuelta a la silla. No podemos pasar por las cosas como si no tuviesen valor. Vamos a ver cuántas cosas hay en una mano, en una mirada, en una propia historia... Puede sonar antiguo, pero las parejas de hoy en día se rompen por esa falta de imaginación, por pensar que ya está todo hecho, o todo contado. Si uno no se aburre con una silla plegable... ¡Cómo se va a aburrir con un ser humano! Cuando uno se aburre es porque está deseando dar carpetazo a algo... Pero, ¡si es apasionante todo lo que nos pasa!

Lo que falla en los adultos es que hemos perdido la capacidad de imaginar, de sorprendernos

Se sigue sorprendiendo con la silla... Y con la escalera, que la veremos este fin de semana en Verín. 

Sí, representa esa ascensión a ningún sitio, ese afán por llegar siempre a lo más alto y llegar y darse cuenta de que se estaba mejor abajo. 

Encerrona. el espectáculo de Pepe Viyuela que se podrá ver a las 20:00 horas de este sábado en el auditorio verinense.
Encerrona. el espectáculo de Pepe Viyuela que se podrá ver a las 20:00 horas de este sábado en el auditorio verinense.

También nos trae la versión más seria de Pepe, con ese documental. 

"Un viaje hacia nosotros" nace un poco por casualidad. Estaba buscando información sobre mi abuelo y acabé descubriendo que él había sido un refugiado. Después de la guerra civil estuvo en un campo, sé que había estado en Francia pero no en un campo de refugiados, el de Gurs. Eso me hizo tomar conciencia de que los refugiados de hoy en día no se diferencian mucho de lo que vivió mi abuelo. El desprecio, el desarraigo, la tristeza, la huida, el peligro de perder la vida, la necesidad de sobrevivir y de buscar un lugar de acogida siguen siendo los mismos. 


¿Conviene hablar de estas cosas?

Los tiempos son otros, las nacionalidades son distintas, pero hay una conexión directa entre las víctimas de entonces y las de hoy. La gente que muere en sus travesías insalvables en el mar, o las mismas travesías infernales por los desiertos... Acaban encontrándose en los lugares que deberían de ser de acogida con el mayor de los rechazos, la criminalización, la culpabilización de todos los males que achacan a nuestra sociedad... Todo eso me hizo reflexionar para llevar a la pantalla la idea de que cualquier de nosotros es susceptible de ser un refugiado, y mucho más en los tiempos en los que corren. En esa idea se sustenta el documental, en el viaje de algo particular, individual, familiar a algo universal que nos afecta a todos los habitantes del planeta. 

ENTREVISTA | Pepe Viyuela: "Tomarnos todo muy en serio nos vuelve intransigentes,...