Venres. 29.03.2024
Carmen Lovelle Alén. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.
Carmen Lovelle Alén, autora de "Diario de Carmen en cuarentena", en su vivienda de Verín. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

Si Paco Umbral levantase la cabeza, y hubiese compartido charla con Carmen Lovelle una tarde cualquier del mes de agosto de 2021 en su particular y muy cuidado jardín japonés, recibiría, en todo su flequillo, una magistral clase de cómo hablar de "tu" libro -si es que han venido a preguntar por él- sin que ello incomode, más bien todo lo contrario, al interlocutor. 

Quizás sea la pasión que llevó a Francisco Umbral a echarle un buen rapapolvo a Mercedes Milá, aquel 21 de abril de 1993 -y en directo-, la misma que la anterior tarde destilaba la autora que nos ocupa sobre su primer y tan tardío hijo literario, aunque la de esta última mucho mejor entendida y elegantemente canalizada. 

Cien whatsapps para otros tantos días de pandemia -"¡No sabes lo que me costó escribir este libro!", asegura Lovelle Alén-, escritos desde su móvil y enviados de cinco en cinco a sus contactos predilectos, que más tarde éstos se convertían en amplificador de un relato diario en el que incluir, sí o sí, una película -"algunos días dos"-, un libro y dos canciones con los que atemperar cada una de las jornadas del confinamiento entre el 14 de marzo y el 21 de junio de 2020. 

Algo que aparentemente resulta tan sencillo, se convirtió en su principal leitmotiv durante esos tres inolvidables meses, intentando combatir "mi soledad intentando entretener y ofreciendo, a todos aquellos a los que le enviaba el mensaje, y a otros muchos que acaban recibiéndolo, ejemplos verdaderos de superación para circunstancias tan adversas como las que estábamos viviendo entonces", explica Carmen. "No es un libro de autoayuda, ni ¡muchísimo menos! -enfatiza-, no lo pretendía, solo perseguía comunicar", asegura, siguiendo el sabio consejo del prestigioso cardiólogo Valentín Fuster y de su empeño en conseguir que la sociedad, entre otras cosas, comunique mucho más para salud de todos nuestros corazones.  

WhatsApp Image 2021-08-04 at 21.56.18Mensaje del diario, a tres días de finalizar el estado de alarma. 

 

"La magia del diario"

"Lo que dominaba en aquellos días era el miedo, pero había mucho tiempo para hacer cosas", recuerda Mari Carmen Lovelle, antes de destacar la magia que comenzó a vislumbrar en tan ecléctico proyecto: "Verás que me voy de unas cosas a otras, de hecho me voy -bromea-, pero es que el libro es totalmente ecléctico. Escribía al hilo de las noticias, de los titulares de dos o tres periódicos que me leía todos los días e intentaba que con ese particular diario toda la gente a la que llegaba nos uniésemos un poco más, estuviésemos animados y no perdiésemos la esperanza de que se podía salir adelante", afirma. 

La magia llegaría poco después. A los primeros mensajes de tan particular obra, comenzaban a llegar las respuestas de cientos de receptores, algunos de ellos anónimos para su autora: un tema grabado con acordeón en la choza de campo de un consagrado y actual actor ruso que recibió copia de unos de los mensajes del diario por medio de la integrante de la colonia homóloga en Madrid; o un profesor de instituto en Londres -otro al que le llegaban los whatsapps de Mari Carmen no se sabe muy bien desde dónde- "y que me escribía todos los días para darme las gracias, o para hacerme algún comentario a lo que había enviado", recuerda. "Cada día éramos muchos más, ya no éramos solo los cuatro de Madrid que comenzamos en esta aventura, y ahí ha estado y todavía está la magia de este diario, no en mis mensajes, sino en la respuesta, en los comentarios, en los mensajes de todos aquellos que lo recibían. Era un diario vivo en el que participaba la gente", se enorgullece, y así lo ha querido hacer valer.

Porque ese diario de Carmen Lovelle, "desde la libertad de mi confinamiento", es una transcripción literal de sus mensajes -"¡No te haces una idea del tiempo que me llevó escribir todo esto desde el Whatsapp!"- y de algunas de las respuestas -"he de reconocer que no he podido incluir todas"- que recibía cada día.

Cada día éramos muchos más, ya no éramos solo los cuatro de Madrid que comenzamos en esta aventura, y ahí ha estado y todavía está la magia de este diario, no en mis mensajes, sino en la respuesta, en los comentarios, en los mensajes de todos aquellos que lo recibían. Era un diario vivo en el que participaba la gente

El propio libro da fe de que así era: "Fíjate, los primeros días eran cortos, como mucho dos páginas", a medida que uno avanza en la lectura, cada jornada se convierte en más de una decena de ellas. 

Embajadora de esta tierra

Verín, pero también Portugal y Galicia estaban muy presentes en cada uno de sus días. "No te haces una idea de lo poco que conocen nuestra valía fuera de nuestra tierra, recuerdo como muchos valencianos se sorprendían contestando cuando leyeron que Carolina Herrera se cosía en Ourense, por citar algunas de mis anécdotas", apunta, aunque tras ese canto a la esperanza y a la amistad que marcaba cada uno de sus mensajes día tras día, "también había una innegable perspectiva histórica, y algo de autobiografía, no te lo voy a negar. Mezclaba la actualidad con parte de mis vivencias y, por supuesto, elegía las recomendaciones entre los libros que he leído o las canciones -muchas portuguesas- que he escuchado. Y, por supuesto, un canto a los abuelos, a esos que tanto han sufrido, a los que tanto se les ha denostado, tanto han machacado y de los que hemos oído muchísimas tonterías, como que ya no son útiles. Varios de mis capítulos los dediqué a ellos, también a esos que con setenta u ochenta años todavía están en primera línea y que tanto necesitamos", enfatiza. 

Este jueves, la autora, Carmen Lovelle Alén, ourensana con raíces carballiñesas y la primera mujer en muchas cosas, sobre todo en Verín -su hasta ahora única alcaldesa-, presenta este jueves a las 20:00 horas en el Auditorio verinense su "Diario de Carmen en cuarentena", o lo que es lo mismo, su verdad en la libertad del periodo más oscuro que ha vivido la sociedad española desde la instauración de la democracia, el mismo que la autora define "como otra guerra, una auténtica guerra con muchas muertes, pero sin bombas". 

 

Carmen Lovelle: "Mis whatsapps solo perseguían transmitir fuerza y esperanza"