El cierre del paritorio verinense acabará volviéndonos a todos un poco locos. Es tal el cúmulo de declaraciones, justificaciones y argumentaciones, que comienza a resultar difícil ver la luz sin situarse en la obligación de llegar hasta la capital olívica.
Hubo quien inicialmente cargó -todavía lo sigue haciendo- contra los profesionales verinenses, como el gerente de la EOXI de Ourense, Félix Rubial, quien, echando mano de una guía de la que reniega, en buena parte, hasta su propio coordinador científico ahora jubilado; justificaba el cierre por falta de un número de partos cercano a los 600 al año, situando en la picota a la práctica totalidad de los comarcales gallegos y a buena parte de los del resto del territorio ibérico español.
Más tarde llegó el jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del CHUO, José Luis Doval. Su argumento más potente, apoyando al anterior, era el de la falta de nacimientos en la comarca de Monterrei, razón por la cual se veía en la difícil alternativa de echar el cierre a un paritorio modélico en instalaciones y resultados, sin buscar soluciones distintas a la de la clausura.
En el Hospital Comarcal de Valdeorras, en las últimas semanas, su paritorio ha tenido, en guardias puntuales, más pediatras en su interior que niños en la cama "hill-room", de tenerla
Acabó el presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijóo, explicándose este jueves, después de la reunión semanal de su consejo de Gobierno, y dando por hecho que ni lo primero ni lo segundo, que realmente lo que ocurría era que faltaban profesionales, sobre todo, en la especialidad de pediatría. Y, sin embargo, y como así pudo confirmar este medio en el Hospital Comarcal de Valdeorras, en las últimas semanas su paritorio ha tenido, en guardias puntuales, más pediatras en su interior que niños en la cama "hill-room", de tenerla. En varios días del mes de noviembre, el número de especialistas enviados desde Ourense que han prestado su servicio en el paritorio de manera simultánea ha sido de dos, cuando en Verín, la que viajaba desde Ourense suplicaba al Altísimo que la "PCR" fuese superior a 2 para justificar el traslado del último recién nacido y así acortar su estancia en el comarcal verinense, como al final acabó ocurriendo.