La residencia de la tercera edad Monte Barrio, ubicada en el término municipal de Riós, un centro que destaca por sus amplias zonas exteriores y buenas comunicaciones - próxima a la autovía A-52 -, busca convertirse en "un lujo" en el rural, en palabras de su propietario, José Manuel Barrio, que está en auge desde que comenzó la pandemia.
Desde que abrió sus puertas allá por el año 2005, este centro destaca por su uso residencial, que se evidencia en su estructura: un edificio de una sola planta y de fácil acceso. Todo ello, en un entorno natural que destaca por sus 30.000 metros cuadrados, sin duda, una buena opción para todos aquellos que priorizan la tranquilidad y el contacto con la naturaleza, además del trato personalizado.
En la actualidad, las instalaciones disponen de 40 plazas, todas ellas ocupadas y su propietario, José Manuel Barrio, trabaja ya en su próxima ampliación con el objetivo de poder dar cobertura a nuevos usuarios. El proyecto, que se encuentra pendiente del visto bueno de las administraciones, supondría la creación de 40 plazas más.
La residencia cuenta con amplias zonas exteriores. | FOTO : cedida.
"Xa está solicitada. Queremos ampliar 40 prazas máis co obxectivo de chegar ás 80. Imos ver se o damos feito o ano que ven ou finais deste ano. De feito, xa solicitamos unha axuda e estamos pendentes de que nos aproben a ampliación", apunta.
Es de reseñar que, desde que comenzó la pandemia, este centro ha logrado mantener contenido al virus hasta el punto de que únicamente ha llegado a registrar algún caso aislado al principio de todo pero sin que haya llegado a entrar de lleno en la residencia.
Con todas las medidas sanitarias, los usuarios tienen a su disposición todo tipo de servicios, como peluquería, gimnasio e incluso una capilla interior, a la que acude el párroco. Aunque, sin duda, uno de sus puntos fuertes son las actividades que organiza el exterior, donde se pueden combinar paseos con actividades de animación sociocultural.
"Nos traballamos moito fóra. Fan moitos xogos, cantan, fan manualidades, pedalean e incluso facemos chistes con eles para que se rían e se esquezan un pouco dos seus problemas e tamén da pandemia", sinala Barrio. La falta de contacto, que afectó a los usuarios, que no entendían por qué no podían abrazar o ver a sus familiares, ha dado paso poco a poco, a la normalidad, con visitas exteriores.
Los menús, por su parte, son de elaboración propia. "Contamos con cocina e toda a comida é supervisada por un dietista", aclara.
Con la situación más controlada, la premisa es que todos los residentes, con mayor o menor grado de dependencia, "se sientan válidos". De hecho, recientemente tres de los residentes más veteranos pudieron conocer la residencia que tiene este empresario en Trabazos, en Zamora y la experiencia fue positiva. "Estaban encantados"; concluye el empresario.