Unas 200 personas, entre familia, miembros de la Corporación, diputados provinciales, vecinos y exalumnos del colegio público de Vilardevós se congregaron este sábado en la capitalidad del municipio para darle el nombre de un excelso del concello a una de sus calles. Desde el 31 de agosto de 2024, la que antes era Carretera de Riós pasará a llamarse Rúa Rodolfo e Patricia Núñez de las Cuevas, cumpliéndose así una vieja iniciativa del exalcade José Luis Pérez García -amigo personal de D. Rodolfo- y que no pudo llevarla adelante tras la entrada en el Gobierno de los populares.
Este sábado, la alcaldesa Eva María Pérez Gamote le agradeció públicamente haber iniciado este reconocimiento a "unha persoa que sempre levou o nome de Vilardevós alá por onde ía, e do que me queda a máis completa satisfacción de poder comunicarlle que tería a súa rúa no seu pobo uns 15 días antes do seu pasamento. Don Rodolfo foise sabendo que tería unha rúa co seu nome na terra que tanto quería, e onde están as súas cinzas e ás da súa muller, a súa amada Patricia Miller", recordó la regidora.
Dio las gracias a todos los asistentes y paso a Jaime, uno de los hijos del homenajeado, residente en Madrid y el único que pudo asistir al acto. Habló, cómo no, del cariño que su padre le profesaba a esta tierra, "que incluso mi madre contribuyó a que fuese todavía mucho mayor. Imaginaros a una americana que llegaba de un país donde ya había lavadoras o frigoríficos en las casas a un lugar que, por aquel entonces, sus condiciones no eran precisamente ésas. Pero ella hizo que mi padre se uniese mucho más a la tierra de mi abuelo", dijo Jaime Núñez.
También relató la pasión de su padre por la cartografía -"viajó por todo el mundo y no había mapa en el que no fuese a localizar a Vilardevós, por si no estaba bien situado"- y recordó su compromiso con su país: "Era un hombre de Estado, quería a su país. Recuerdo como a veces rechazaba hoteles caros porque siempre decía que ese dinero se lo estaba ahorrando a su país. Era un gran adelantado a su tiempo", subrayó el hijo del homenajeado.
Tras el protocolario acto, llegó el pequeño paseo hasta el Colegio Rodolfo Núñez de las Cuevas, del que este sábado también se celebraban sus 50 años de vida. La comitiva se dirigió inicialmente al patio descubierto, en el que estaba ubicada una muestra de 11 puestos todos ellos de productores locales, en un patente ejemplo de la calidad de la zona -desde miel, embutidos, cestería, artesanía, pintura, vino, foie de patos...-.
Allí, decenas de exalumnos del centro recordaron viejas anécdotas en un centro en el que "chegaron a xuntarse más de medio milleiro de alumnos. Aínda lembro o tránsito inxente de autobuses cheos de rapaces aí na rúa do Toural, saíndo cara Arzoá, cara Vilarello, cara Soutochao, cara abaixo -Bemposta, Osoño, A Veiga...-. Pasabamos aquí o día, algúns deles era a mellor comida que facían na xornada", recuerda uno de los escolares que llegó para sexto de EGB (Educación General Básica) el año de su apertura: Luis Rodríguez, en 1974.
A todos les aguardaba la comida de confraternización en el patio cubierto del centro académico, prevista para 200 comensales.