Previsiones superadas. La satisfacción de los responsables del club Vespa Verín era este domingo, poco antes de iniciar la ruta que los llevó por buena parte del valle de Monterrei, total. Tanto que hasta le preocupaba que las reservas del céntrico restaurante en el que estaba pactada la comida de confraternización pudiesen quedar escasas, como así fue.
Vespas, Lambretas y motos clásicas, incluso un pequeño automóvil de la primera de las marcas, llenaron la plaza García Barbón y buena parte de las carreteras locales durante toda la mañana dominical.
La escalera de la plaza de Abastos de la villa se quedó pequeña para la foto familiar. No faltaron, eso sí, ni pinchos, ni cervezas ni vino en el particular "avituallamiento" programado en las proximidades de la fortaleza de Monterrei, a donde llegaron tras visitar Castrelo do Val, Arcucelos (Laza), Vences, Estevesiños y A Pousa (los tres en el concello de Monterrei), desde donde accedieron al castillo.
La segunda parte de la pintoresca y colorida ruta los llevó al balneario de Requeixo, tras pasar por Albarellos y Villaza (Monterrei). Para concluir de nuevo en Verín después de una corta visita a Oímbra.
Todos los participantes, llegados de medio Portugal y del Noroeste español, además de los locales, coincidieron en destacar la organización de los anfitriones, el club Vespa Verín.
FOTOS: Iván Iglesias.
En la concentración participó este peculiar y minúsculo automóvil de la marca Vespa.
El coche "escoba" de la organización.
"Parrilla" de salida, en la plaza García Barbón de Verín.
Los socios del club organizador, Vespa Verín, con el regidor, Gerardo Seoane.
La escalera de la plaza de Abastos de la villa se quedó pequeña para la gran foto de familia.
Gerardo Seoane, el alcalde, no quiso perderse la convocatoria.
