sábado. 20.04.2024

"Viridiana" en el Calinga

Daniel Fernández-Novoa Pérez es licenciado en Derecho y director de Recursos Humanos. Colaborador en diversos medios de comunicación y, como el mismo se define, "verinense de la calle de la Cruz". Se estrena como columnista en este Diario recordando las históricas cenas en el restaurante Calinga de la villa.
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Miguel Ángel Prieto Sotelo, más conocido como Miguel "Chita", uno de los "entroideiros" más singulares de Verín.

Por Daniel Fernández-Novoa Pérez

Poco antes del Entroido de este año 2019 y paseando por la Feria Gastronómica Xantar me topé con un stand del Entroido de Laza. Al frente del mismo, un entusiasta, en tono burlón, se refirió al de Verín como un Carnaval (le llamó peyorativamente el Carnaval da Eurocidade-el Carnaval de Chaves) proclamando como Entroido “strictu sensu” solamente al de Laza y al de Xinzo, al mismo tiempo que me entregaba un folleto que denominaba a su Entroido, curiosa y contradictoriamente por cierto, como “Carnaval de Laza”.

El Triángulo Mágico del Entroido lo conforman los tres antes citados, cada uno con sus singularidades. Los tres magníficos. El de Laza es único en su especie, tradicional, genuino, ancestral, singular y “el Peliqueiro” es impresionante; el de Xinzo acaba de ser reconocido como Fiesta de Interés Turístico Internacional y se lo merece, además de por su ciclo más largo, por su figura representativa, “la Pantalla”; el entusiasmo y la gran participación de los Limiaos, que viven su Entroido con pasión.

¿Qué sería de nuestro carnaval sin el espectáculo de comedia callejera que esperamos con ansiedad los verinenses cada año? 

Pero quiero hoy relatar alguna de las características del de Verín que lo hacen muy especial para mí: además del Cigarrón (ese “Ejército de Samurais” que desfila majestuoso por las calles de la villa y en especial, los Zamarras Negras); las mascaritas y el capuchón; el entroido alternativo de la Praza do Cigarrón en el casco antiguo; el Xoves de Comadres con miles de mujeres tomando la villa; el Desfile Infantil con escolares de toda la comarca haciendo entroido también el Xoves de Comadres por la mañana; los camioneros celebrando San Cristóbal con sus camiones engalanados con cigarrones y motivos carnavaleros y la “Batucada” del mes de julio o el deseo de matar el gusanillo a mitad de año y sentir como sería el Entroido con el clima de Río de Janeiro; y sobre todo, lo que yo llamo el “Teatro en la Calle”, que es lo que de verdad hace del de Verín un Entroido único y al que voy a dedicar unas líneas.

190304DESFILE 2019 DIARIO DO TAMEGA 1M1A2480 CMZLa reina Elena, en la pasada edición del Entroido de Verín. | FOTO: MANU SAN MARTINO

¿Qué sería de nuestro carnaval sin el espectáculo de comedia callejera que esperamos con ansiedad los verinenses cada año? Personajes como Toño "Cesteiro" y la simbiosis perfecta con los personajes que interpreta (este año triunfó de nuevo con “Los Tigres del Norte”, sus coros de “Mari y Juana” y el patrocinio de “Sito Miñoca y Mariano Xoubiña”); Xulio do Salgueiro, con su humor absurdo e inteligente; Damorín y Miguel Chita (el espectáculo en su bodega el Lunes de Entroido es un clásico del carnaval que ya le gustaría al Gran Wyoming en El Intermedio, y su parodia de la Reina Isabel de Inglaterra fue la bomba este Entroido); la Reina Elena y Toño Prieto; Beni el médico; Chicho, Jose y Juanchi Guerra; Pescadilla, Marilís y Luisina; Mercedes Astorga; Sonia Rojo, Mamú Fidalgo, Eli Gómez y Modesta; Óscar Conde; Carlos Araújo; Cazoleiro (pregonero este año); Emilio y Juan Patata; Ernesto, el carnicero de la Calle Mayor (merecido Premio Pescadilla de esta edición); los disfraces de Hollywood de David de la Tahona; Jorge Agarimo (este año un Freddie Mercury colosal); Olga Rivera, Lola Cesteira, Viruca Tabuenca; Manso de Vences; “Fan Fan” paseando a “Tainas” en silla de ruedas (como el socio del Betis que llevaba las cenizas de su abuelo todos los domingos al Villamarín recordando que mi entrañable familiar “Tainas” falleció en 2010); Tavito Cid como el Comisario Villarejo con su gorra y carpeta tapándose la cara mientras se colaba sutilmente en todas partes; los Prietos o Fernando de Fumaces “o Do Pilón”, reclamado por el programa “Land Rover” de la TVG y con miles de visitas en las redes a su parodia del camionero que agredió a los ciclistas, el chófer de autobús que se va de fiesta o su personaje de la serie “Big Band Theory”. Por nombrar tan sólo unos cuantos y pidiendo disculpas por las omisiones de personajes que merecerían entrar en esta relación.

Son tan sólo unas pinceladas de una cena inclasificable que se repitió durante años y digna de un documental. ¿Cómo no va a ser el de Verín un Entroido singular?

Y no quería despedir estas letras sin recordar la Cena de Sábado de Entroido que se celebró durante muchos años en el restaurante Calinga, entonces en la Calle Lisa. Cena digna de la de mendigos de “Viridiana” de Buñuel. Recuerdo la última a la que asistí. La comida empezaba a volar de inmediato. Podía caerte un muslo en la sopa en cualquier momento, los bollos de pan volaban con petardos dentro que estallaban en el aire, se escuchaban atronadores detonaciones en los cuartos de baño que recordaban a la guerra de Bosnia; “Lolita Tita” aplastando huevos en la cabeza de los comensales; el llamado “Páxaro “ dormido sobre la mesa; “la Reina Elena” subiéndose compulsivamente a la mesa a bailar como movida por un resorte; el cántico de la versión entroideira del Kalinka ruso (Kalinga Kalinga Kalinga oá... kaaaalinga kaaalinga kaaalinga oá), cada vez que decaía el ambiente. En mi mesa cenaban corresponsales de la TVG que no daban crédito a lo que veían. Y todo ello ante el cabreo contenido del dueño del restaurante, que demostraba más paciencia que el Santo Job y al que se debería haber concedido en su momento “La medalla de sufrimientos por el Entroido”.

Son tan sólo unas pinceladas de una cena inclasificable que se repitió durante años y digna de un documental. ¡Cómo no va a ser el de Verín un Entroido singular!

"Viridiana" en el Calinga
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