jueves. 18.04.2024

Una de las primeras preguntas que les hice a mis padres a poco de comenzar a ganar algo de juicio, y cuando las televisiones de entonces (esto es, La 1 de TVE) comenzaban a conectar de manera simultánea en varias capitales españolas, fue la obvia: ¿Cómo es que los Reyes se pasean a las cinco de la tarde por las Ramblas cuando comienzan su desfile a la misma hora en el Paseo de la Castellana? La respuesta de mis padres era más esperada todavía: "Porque son magos, Luis, porque son magos". Solamente así puede explicarse, estrechando un poco más el mapa, que a esa hora partiesen del barrio de San Lázaro verinense camino del multiusos de la villa y, sin pausa, hiciesen aparición en el pabellón deportivo de Oímbra encima del ya clásico remolque de tractor -"é que aquí sonche reis do rural", asegura un asistente- y tras haber sido "víctimas" de un control rutinario de los agentes de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil en la rotonda de Queizás, como así aseguró la alcaldesa Ana María Villarino, citando fuentes más que oficiales. 

oimbra3Minutos antes de la llegada de Sus Majestades, el pabellón de Oímbra era un hervidero de gente. | FOTO: Xosé Lois Colmenero. 

La comitiva real, con un negro de los de verdad -como en Verín-, estacionó su tractor en uno de los laterales del centro deportivo olimbriense. Recorrer los poco más de 30 metros desde el punto de desembarco hasta el pesebre para presentar sus ofrendas supuso algo más de media hora. Nadie quería perderse la instantánea con la tríada real, y a cada paso eran interceptados por alguna abuela deseosa de retratar con ellos a su nieto predilecto.

Más de medio millar de personas, incluyendo a los pequeños inscritos, abarrotaban un pabellón en el que no faltaba el tan necesario -por la temperatura- puesto de chocolate con churros, comandado por las mismas caras que meses antes sudaban la gota gruesa al frente de las dos sartenes kilométricas que freían pimientos; ni un cada año más logrado y participativo Belén viviente en el que más de 50 inquietos figurantes participaban en el mismo proporcionándole una cálida realidad.

oimbra6Una "galleguiña", en el puesto de venta a granel del particular Belén viviente de Oímbra. | FOTO: Xosé Lois Colmenero. 

Los más pequeños del municipio, perfectamente ataviados y comandados por una paje un poquito más crecidita -que aprovechaba su función también para controlar, en su faceta de madre, a la tendera y al tabernero de la representación-, daban vida a una localidad en la que no faltaban una mula, un alambique público, la panadería, la lavandería, algún que otro redil de cariñosos corderitos (vivos y no figurados) o la granja unifamiliar de un conejo sanote y notablemente electrizado por el ambiente ensordecedor del bullicio y la música del DJ. 

oimbra4Tres mansos corderitos, ayer en Oímbra. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

oimbra5Muchos dudaban, por sus dimensiones, si el de la imagen era un conejo o un koala. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

Sí debía estar en algún pasto cercano la vaca del pesebre, pues únicamente en uno de sus laterales, otro asustadizo pony real ejercía de mula de tan viviente Belén, donde los pastorcillos (pequeños en estatura y edad) eran mayoría, algunos vara en mano (¿de mando?).

oimbra2La alcaldesa, Ana María Villarino Pardo, comenzó a llamar uno por uno y por su nombre a los pequeños del municipio. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

Fue, sin lugar a dudas, una de las primeras y principales atracciones de la representación de la llegada de la comitiva real organizada, un año más, por el Concello de Oímbra. Municipio, que seguramente atesora una particular condición de Sus Majestades, la de pasar lista a todos y cada unos de los retoños del Concello que previamente se han inscrito -o lo han hecho por ellos- en el registro oficial de los deudores de presentes reales. Poco después de subirse al estrado y ocupar cada uno de los tres tronos disponibles, la alcaldesa Ana María Villarino Pardo comenzó su particular repaso a todos y cada uno de los pequeños deseosos de obtener su regalo, algunos incluso todavía poco conscientes de la representación: la primera edila llamaba por su nombre a todos, incluso a aquéllos que no había alcanzado el primer añito de edad. 

En total, 120 pequeños, entre los 0 y los 12 años de edad, obtuvieron algún presente de la administración más cercana y los ya exentos de ese derecho, el premio de consolación de ver todavía como niños, padres y abuelos son capaces de mantener, aunque únicamente sea por unas horas, la ilusión que a todos los llevó hasta allí y que más tarde les premiaron, a los más talluditos, con un sabroso, reconfortante y oportuno chocolate.

oimbra8El Belén Vivo de Oímbra estaba lleno de pequeños pastorcillos. | FOTO: Xosé Lois Colmenero. 

Entrevista real con los miembros de la plataforma, en Verín

La representación de la visita real tuvo alguna que otra ubicación más destacada en el límite territorial de la comarca. Y, al igual que con otros representantes de menor alcurnia, las gentes que demandan la reapertura del paritorio verinense "asaltaron" ayer tarde a la comitiva real que abandonaba el asilo de los ancianos desamparados para hacerles llegar, con algo de retraso, una muy particular misiva, la de peticiones para convertir al de Verín "en un gran hospital", entre las que se encontraba la dimisión de Félix Rubial. 

reisverin2Los pequeños de Verín entregaron a Sus Majestades una carta con peticiones exlusivas para el hospital de Verín. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

En Oímbra, los Reyes Magos pasan lista