El incendio de una chimenea, que se extendió a una parte de la vivienda deshabitada donde se inició, además de no lamentar más daños que los ocasionados a la casa con las llamas y las posteriores labores de extinción, dejó atónitos a los agentes de la Guardia Civil del cuartel de Riós que se acercaron hasta allí para colaborar en los trabajos de contención.
Chimenea en la que se originaron las llamas.
Poco antes de las 18:30 horas se iniciaba el fuego en una vivienda en la que se realizaban labores de mantenimiento. Minutos después llegaban los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos -aunque solo un vehículo de los dos que partieron desde la base, porque el segundo se averió a la altura de la salida de Fumaces, en plena A - 52- y del Grupo de Emergencias Supramunicipales de A Gudiña, además de agentes del Instituto Armado y el alcalde de la localidad, Francisco Armando Veiga, atento a la evolución del siniestro. El regidor manifestó, una vez sofocado el fuego, que "tivemos sorte porque o lume puido propagarse ás vivendas contiguas".
El alcalde de Riós, Francisco Armando Veiga -segundo por la derecha-, atento a la evolución de las llamas.
Los bomberos sofocaron de inmediato las llamas, que afectaron ligeramente también a la pared y el tejado de una de las viviendas contiguas. Y, en las labores de investigación de las causas, agentes de la Guardia Civil del cuartel local hallaron, para su sorpresa, una caja con balas de gran calibre aparentemente todavía cargadas y que, en el caso de propagarse el incendio más allá de la chimenea en la que se originó, podrían haber provocado alguna que otra explosión.
El "botín" fue intervenido por los agentes para proceder a su destrucción.
