El gerente del Área Sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras, Félix Rubial, acaba de comunicar al alcalde de Monterrei, José Luis Suárez, que el centro de salud ubicado en la planta baja del edificio consistorial de la localidad no reabrirá después de ser remodelado. Una vez más, y al igual que había ocurrido con el paritorio verinense, el máximo responsable del Sergas en Ourense se ha valido de un documento firmado por médicos y enfermeras para dejar a Albarellos sin su galeno habitual.
El centro de salud cuestionado contaba, antes de la reforma del Concello, con una sala para un médico y otra para una enfermera, además de un amplio espacio destinado a sala de espera. Ahora, después de la reforma llevada a cabo, las dependencias sanitarias han quedado prácticamente igual, aunque la sala de espera se ha reducido de forma considerable al encajar en el edificio remodelado el espacio de un ascensor y, en la planta baja -en la que se halla el centro de salud-, el despacho de la asistenta social.
Cuando se iniciaron las obras, tanto la médica como la enfermera titulares fueron trasladas al centro de salud localizado en la vecina población de Villaza, también dentro del Concello de Monterrei. Esas instalaciones, de sótano -inundable todos los años-, primera planta y planta bajo cubierta, son mucho más espaciosas y están infrautilizadas. En ellas, también prestaban servicio otra médica y un enfermero, que atendían, al igual que sus compañeros de Albarellos, una media de 1.000 cartillas sanitarias.
La declaración de la alerta sanitaria, y posterior regulación de su desescalada, dejó en manos de la gerencia de Ourense, Verín y O Barco la pertinente autorización para la reapertura de aquellos centros de salud cerrados, como en el caso de Albarellos, por obras. Solicitado el oportuno permiso para el retorno de los profesionales sanitarios a Albarellos desde Villaza, Félix Rubial lo niega y aduce que no puede otorgarlo al no contar el remodelado centro de salud con una sala COVID en la que aislar a los posibles casos sospechosos de haber contraído la enfermedad, pues "non se pode establecer dobre circuíto de atención", arguye en su comunicación al Concello de Monterrei.
Sin embargo, la reforma de las instalaciones del centro de salud ahora cuestionado se ejecutó antes de que concluyese el estado de alarma, y su proyecto había sido aprobado con anterioridad al estallido de la alerta sanitaria.
Los vecinos de Albarellos han decorado sus balcones con pancartas reivindicativas. | FOTO: Noelia Caseiro.
Los vecinos están en pie de guerra, y todas las fuerzas políticas con representación en el Concello, también. La primera, la del propio regidor, José Luis Suárez, el Partido Popular. Suárez Martínez no lo entiende: "Creo que é algo de sentido común. A reforma tivo lugar antes de que rematase o estado de alarma, e agora non podemos tira co que xa está feito. Se a única razón para que o centro de saúde de Albarellos non reabra é esa, é moi sinxelo: só é necesario pedirlle que a todos aqueles casos sospeitosos de COVID se dirixan ao centro de saúde de Villaza, onde si hai espazo de sobra para aillalos, pero non podemos deixar a unha poboación como Albarellos sen médico, porque nesas instalacións tamén se atenden aos veciños de Infesta ou de Guimarei", señala el regidor, quien no dudó en señalar que, en este caso, "o Partido Popular está, claramente, do lado dos veciños de Albarellos", recalcó.
O Partido Popular está, claramente, do lado dos veciños de Albarellos (José Luis Suárez, alcalde)
Alberto Rodríguez García, portavoz del BNG en la Corporación de Monterrei, va en esa misma línea: "Non queremos pronunciarnos expresamente ata que, a nós, o Sergas nos confirme por escrito as razóns da súa negativa a abrir, explicacións que nós lle solicitamos por esa mesma vía. Pero si teño claro que a xente de Albarellos non pode quedar sen a súa médica nesta localidade", apuntó Rodríguez García.
A xente de Albarellos non pode quedar sen a súa médica nesta localidade (Alberto Rodríguez, portavoz del BNG)
María del Carmen Sola Pérez, líder de Veciños de Monterrei, fue un poco máis incisiva y sugirió incluso alguna que otra propuesta: "Os usuarios do Sergas de Albarellos non poden perder un servizo esencial como é o do médico ao carón das súas casas, perder este centro de saúde suporá acabar por perder unha das dúas prazas de médico no municipio. Se hai que facer algunha reforma nos baixos da casa do Concello, deberá acometerse se é imperativo que exista esa sala de COVID e non hai outra solución alternativa. Non entendo como se gastaron 300.000 euros para deixar un centro de saúde máis pequeno. Subindo a asistenta social para uns dos despachos das plantas superiores e comunicar esa dependencia co centro de saúde, xa teriamos sala COVID", dice Sola Pérez quien, como médica de profesión, señala otra consideración al gerente de Área: "Non sei se o xerente se deu conta de que concentrar aos pacientes nun só centro de saúde supón un maior risco para eles e para os propios facultativos. Dispor de dous consultorios minimiza o risco de contaxios, tamén dos profesionais sanitarios", concluye Sola Pérez.
Non sei se o xerente se deu conta de que concentrar aos pacientes nun só centro de saúde supón un maior risco para eles e para os propios facultativos. Dispor de dous consultorios minimiza o risco de contaxios (María del Carmen Sola Pérez, de Veciños de Monterrei)
