Gran parte de los residentes de Verín viven conmocionados desde media mañana después de que transcendiese el fatal desenlace que para su vida eligió un conocido joven de la villa, empleado de una notoria inmobiliaria y para la que llevaba prestando sus servicios más de dos décadas.
Juan Carlos F. G., vecino del barrio de San Roque, acudió, como cualquier otro día a su lugar de trabajo. Llegó incluso a enseñar una de las viviendas que tenía en la cartera de la empresa para la que trabajaba y fue visto, poco antes de su adiós, en la plaza del Concello con el alcalde de Verín, Gerardo Seoane. Según el propio regidor, pasadas las 10:30 horas de la mañana se despidió de él "como en cualquier otra ocasión".
Alrededor del mediodía, el joven se dirigió a su vivienda en la calle San Gregorio de Verín y en el altillo de la misma decidió quitarse la vida.
Según fuentes de la investigación, el malogrado trabajador dejó una carta en la que explicaba los motivos de tan trágica decisión.
Su dilatada experiencia en una conocida inmobiliaria verinense y el carácter afable que siempre mostró con clientes, amigos y familiares han dejado un imborrable huella en todos ellos y un indescriptible grado de consternación por todos los rincones de Verín.
