No han pasado ni diez días desde que este humilde proyecto de información digital viese la luz y ya se ve obligado a vestirse deprisa y de gala para presentar en sociedad una iniciativa que acabará ocupando libros de historia dentro de alguna que otra centuria. Aunque la Cascabela, que así se llama, nació hace ahora poco más de un año, ha sido en los últimos meses del 2018 y en estos pocos días del 2019 cuando ha comenzado a dar sus primeros pasos tanto en las convocatorias públicas como en algún que otro taller organizado por la Asamblea Local de Cruz Roja Monterrei.
La madre de la idea es una profesora de Filosofía del Instituto Xesús Taboada Chivite, "Mayka" Burgos, responsable también de un estudio antropológico sobre el triángulo mágico de Verín, Xinzo y Laza que la impulsó, casi sen querer, a iniciar un proyecto "que ha nacido para quedarse". Según relata, emocionada y entre siete de sus creaciones, "fue precisamente gracias a ese trabajo de documentación sobre los Entroidos de esta comarca, y su contraposición a los de otros lugares de la comunidad autónoma, como detecté que en la mayoría de todos ellos la figura más representativa del carnaval era siempre masculina, salvo algunos casos muy contados". Pero, además, e incidiendo en la justificación del porqué de su criatura, "el Cigarrón de Verín es, fundamentalmente, diurno. En Verín, en esta plaza -en referencia a la García Barbón-, en las noches de carnaval es imposible distinguir nuestro Entroido del que pueden celebrar en Cádiz o Tenerife, porque no hay ninguna máscara que identifique a la perfección la fiesta verinense de noche, como sí lo hace el Cigarrón de día", explica "Mayka".
"La Cascabela nace para complementar la fiesta de noche, para que claramente se identifique a Verín nada más ver una de ellas", dice su creadora.
La Cascabela no llega para rivalizar con la historia del Cigarrón, con cinco siglos a sus espaldas. Nace, y así lo sostiene su creadora, "para complementar la fiesta de noche, para mantener la intriga del personaje real que tras la máscara se esconde y para que claramente se identique a Verín nada más ver una Cascabela", dice "Mayka". "Nació con el ánimo de ser la compañera del Cigarrón, su pareja. Pero ella sale justo cuando él se queda en casa. Saldrá toda la noche y detrás de ella puede estar tanto un hombre como una mujer".
Además, la Cascabela es ligera y versátil; permite comer, respirar cómodamente y beber, sin perder la transformación identitaria de la persona que la luce. No tiene restricciones, ni código de comportamiento... Jugará al anonimato con ayuda de los cascabeles que hará sonar, cuando quiera que no se la reconozca por su voz.
RECUPERAR OTRA DE LAS TRADICIONES PERDIDAS
Otra de las motivaciones que llevaron a esta profesora de Filosofía a idear esta máscara fue su firme intención de recuperar otra tradición olvidada en la villa de Verín, la mascarita, que con su inseparable capuchón está desapareciendo del imaginario colectivo. "Es la evolución más lógica de la mascarita, que no debería perderse, al igual que el capuchón. Y tiene además la ventaja de que puedes personalizar cualquier de tus atuendos. Te vistes de Mickey Mouse, pues te pones la Cascabela. Que vas de indio, ¡pues con la Cascabela serás un indio de Verín!", asegura.
El fenómeno -en Comadres casi medio centenar de ellas lucirán por las calles- lo potenciaron también los alumnos de varios de los departamentos formativos del Taboada Chivite, que acogieron con gratitud la iniciativa y que participaron activamente en los talleres creativos puestos en marcha. También la treintena de integrantes de los cursos impartidos por Cruz Roja en Verín y Cualedro tendrán este año su primera Cascabela.
