Martes. 19.03.2024
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Estado en el que quedó la sucursal de ABANCA de Vilardevós tras el robo.

Resulta complicado perpetrar un robo; exige planificación para el atraco, determinación a la hora de llevarlo a cabo, profesionalidad de los miembros de la banda de cacos, obtención de las herramientas adecuadas y organización de la huida con un perfecto plan de escape. Al parecer, todo lo contrario de lo sucedido esta madrugada en Vilardevós.

Al más puro estilo de una comedia de humor se producía el intento de robo del cajero de ABANCA en Vilardevós. Esta mañana, los vecinos no daban crédito al encontrar un cajero abandonado en la entrada del pueblo y comprobar los destrozos ocasionados en el local de la sucursal bancaria.

Vilardevós 20191127_roubo caixeiro ABANCAEl cajero aparecía abandonado en la entrada de Vilardevós con considerables daños.

No es difícil imaginar lo sucedido. Grandes mentes las de los cacos, que decidieron atracar una sucursal bancaria de un pueblo pequeño, en horas nocturnas para no ser descubiertos, con pocos habitantes y sin destacamento de las fuerzas del orden. Hasta ahí, bien planificado.

Así que, allá fueron. Según lo acordado, el atraco se debería producir esta madrugada para ser un éxito y hacerse con el botín. Una vez en el lugar de los hechos, arrancaron de cuajo la puerta de la entidad bancaria para, a continuación, arrancar el propio cajero y poder llevárselo hasta la localización acordada para el reparto.

Lo curioso del caso es que no debía existir medio de transporte, así que, con una mente rápida y lúcida, al quite de los inconvenientes que pueden surgir en una operación de este calibre, decidieron atarle un cable y arrastrarlo ellos mismos. Y así lo hicieron.

Claro que, no debieron tener en cuenta que un cajero automático ronda los 800 kilos de peso, aproximadamente. Y, a ver quién puede con él. Pero había que intentarlo y llevar el plan de robo a buen fin. El botín tenía que ser de ellos sí o sí. Dicho y hecho; arrastraron el cajero por medio pueblo, hasta llegar a la entrada de Vilardevós. ¿Con qué objetivo? Quizás llevarlo hasta el medio del monte para destrozarlo a golpes y robar el dinero.

Pero algo sucedió entonces, quizás las fuerzas mermaron, porque allí mismo, en la cuneta, quedaba abandonado el cajero y con el dinero intacto en su interior. ¿Qué les pasó a los cacos? ¿Se arrepintieron del robo? El caso es que, después de todos los esfuerzos realizados, no consiguieron llevarse ni un euro.

Arrancan el cajero, lo arrastran por medio Vilardevós y lo abandonan en la primera...