martes. 23.04.2024

Existencia y persistencia

En la bellísima isla indonesia de Bali encontramos el templo Pura Ulun Danu Beratan, lleno de espiritualidad y significados para aquel que lo observa flotando sobre el lago. Aquí pasaremos del existir al persistir para alcanzar un nivel superior dentro de nosotros mismos.
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Templo Pura Ulun Danu Beratan sobre las aguas del lago Beratan en la isla de Bali. | FOTO: Mila Ojea

El viaje existe mientras dura, ya sea durante un día o durante un mes. Una vez que el viajero regresa, entra en su casa, se descalza y deshace su maleta, el viaje empieza a diluirse, a evaporarse, se convierte al estado gaseoso y pasa a su siguiente fase: persiste. Es entonces cuando se despedaza en recuerdos: unos desaparecen en el laberinto de la mente; otros se quedan anclados para siempre; algunos tornan en aprendizaje; otros reaparecen de vez en cuando sin saber por qué, como un pececillo que sube a la superficie del agua para tomar aire durante un segundo y volver a zambullirse en la profundidad del olvido después; pero todos, absolutamente todos, cumplen su función. La memoria está siempre balanceándose en un frágil equilibrio.

627Templos y flores entre las ramas. | FOTO: Mila Ojea

Flotando sobre las aguas del lago Beratan, en el centro de la isla indonesia de Bali, se halla el templo budista Pura Ulun Danu Beratan. Se construyó en el siglo XVII y está dedicado a la diosa del agua Dewi Danu, la cual recibe las peticiones de los campesinos para sus cultivos cuando acuden en peregrinación.

Bali no sólo es el paraíso en la Tierra, también es un territorio con fuertes raíces atadas a la Naturaleza. De profundas creencias espirituales y místicas, vive a merced de lo que el clima y su posición en el planeta le traigan. Este punto acuoso enclavado en el segundo lago más grande de la isla es parte fundamental de ello. Aquí se celebran los cambios de luna, nacimientos, matrimonios y muertes, el comienzo de la época de siembra… Todo tiene una ceremonia.

628Imágenes budistas. | FOTO: Mila Ojea

El lago se formó en el cráter del antiguo volcán Mount Catur, a unos 1.200 metros de altitud, y está rodeado por las verdes y frondosas montañas Besdugul, cubiertas casi siempre por la niebla que acaricia sus cumbres, enmarcando la imagen. Es, para mí, la postal que resume este islote fascinante y que sobrecogió todos mis sentidos. Su imagen aparece incluso en los billetes de 50.000 rupias, dando cuenta de su simbolismo.

El nombre del templo significa “cabeza del lago” y es la fuente principal de agua en Bali. Su historia se remonta al reino Mengwi y el conjunto incluye cinco templos y una estupa budista. Una vez cruzamos la puerta principal, accederemos en primer lugar al templo Penataran Agung, donde se adora a Tri Purusha Shiva, que domina la fertilidad, la prosperidad, el bienestar humano y la sostenibilidad del universo.

629Templo Taman Beji custodiado por la serpiente verde. | FOTO: Mila Ojea

De aquí pasaremos al templo Dalem Purwa, con tres santuarios orientados hacia el este y dedicados a varios dioses, cuyo acceso no está permitido al viajero. Seguiremos hasta el Taman Beji, al borde ya del lago, lugar donde se celebra el Melasti, la ceremonia de purificación balinesa e hindú. Después de varias erupciones del Monte Batur, todo este templo fue desplazado y reconstruido junto al pueblo. Esta especie de terraza está rodeada por el cuerpo sinuoso de una serpiente verde esmeralda adornada al estilo balinés.

Vemos flotar sobre las aguas volcánicas todo aquello que representa la vida, su generosidad y su misticismo. Estamos preparados para alcanzar un nivel superior dentro de nosotros mismos.

630Tejados de paja. | FOTO. Mila Ojea

Desde esa zona ya tendremos enmarcada la vista de Lingga Petak, la foto por excelencia de este conjunto espiritual y lleno de serenidad. Contiene un pozo sagrado que almacena el agua bendita de Ulun Danu y un lingga de color blanco flanqueado por piedra negra y roja. Es el núcleo alrededor del que gira todo aquí. Honra a Shiva y su consorte Parvathi. Su santuario tiene once tejados de paja –siempre número impar- ordenados de mayor a menor tamaño, mirando hacia el sur, y en el trozo de tierra anexo hay otro pequeño santuario con tres techos y cuatro puertas, cada una orientada a un punto cardinal. Nada aquí está hecho al azar, todo tiene un significado.

631Buda dentro de la piedra. | FOTO: Mila Ojea

En el templo Prajapati, bajo la sombra de un árbol milenario, se halla la diosa Durga, y desde ahí alcanzaremos la estupa de piedra con una estatua de Buda en su interior. Su presencia en este lugar simboliza la armonía y unión entre la vida religiosa y social. Hemos pasado, a través de jardines y tiempo, del existir al persistir. Vemos flotar sobre las aguas volcánicas todo aquello que representa la vida, su generosidad y su misticismo. Estamos preparados para alcanzar un nivel superior dentro de nosotros mismos.

632Balineses en el templo. | FOTO: Mila Ojea

Porque la gente se afana en preguntarle a uno cómo está, cuando nosotros no estamos. No somos. El estar es una herencia temporal, un momento que desaparece en el momento mismo de ser formulado. No hay forma de estar para siempre. No hay para siempres en la vida. Solo una persecución infinita entre lo que fue y lo que será. Por eso, deberíamos preguntarnos quiénes somos. Qué es lo que queda de nosotros cuando no queda nada. Eso es lo que realmente somos. La nada que nunca deja de ser parte de nosotros. Así lo escribió Pablo L. Orosa y resume perfectamente una de las sensaciones más profundas que este lugar al que hoy les he llevado dejará en su interior.

633Vista del templo símbolo de Bali. | FOTO: Mila Ojea

Existimos y persistimos, pese a todo y contra todo. Hemos de abanderar una sola causa: la vida. Nuestra vida. Dejemos atrás complejos, tópicos, perturbaciones, dramatismos y modelos irreales. Olvidemos por un momento los detalles y vayamos a lo global. Todo es más simple de lo que pensamos. Hay que abrazar más, sentir más, anudar el goce, arder en el descomunal deseo, subir a lo alto del tejado de nuestra mente para ver las arquitecturas imposibles del alma, el lago que asoma como espejo de las montañas, el grito último de la infancia aniquilada. Nos quedamos sin aire. Sólo una cosa puede salvarnos: la belleza.

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