Xoves. 28.03.2024
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Adrián Garrido, con sus pequeños, en el selfie captado por su esposa, María José Barrios.

El piloto, ahora de exhibición, Adrián Garrido, su mujer y sus dos hijos han salido recientemente del que hasta días atrás era su residencia, Macau, la región administrativa del gigante país chino, a cinco horas del foco de la pandemia del Coronavirus, Wuhan. Aunque inicialmente pretendían, como así se lo hicieron saber a esta redacción, "aguantar el tirón hasta que la preocupación remitiese", finalmente no lo han hecho, víctimas de las difíciles condiciones que la república asiática implantó para todos sus ciudadanos, sobre todo en aquellas urbes donde comenzaban a registrarse los primeros casos de contagio. Cierre casi absoluto de las principales administraciones públicas -con muy reducidos servicios mínimos-, clases suspendidas sine die, supermercados con escasos víveres frescos, dificultad para hacerse con mascarillas para toda la familia y, sobre todo, la incertidumbre de no saber con exactitud cuándo remitiría la preocupación, llevaron a la familia Garrido Barrios a decir adiós, quizás permanente, a Macau, donde el verinense era una de las estrellas principales de un espectáculo.

Adrián Garrido era uno de los especialistas sobre la motocicleta que participaba en el espectáculo "The House of Dancing Water", en la conocida como "La ciudad de los sueños" de Macau, una suerte de actuación freestyle considerada como única en el mundo y acompañada de bailarines, animales y un buen número de trapecistas. 

Su esposa y madre de sus dos hijos, María José Barrios, alicantina enfermera de profesión, relataba a Diario do Támega cuan difícil estaba siendo mantenerse en el país: "Estaba todo cerrado, era ya casi imposibles hacerse con productos frescos en los supermercados, yo ya me había provisto de muchos víveres en previsión de que la paralización del país iba para varios días, pero ahora la situación se había vuelto insostenible. Ya no se te pasa por la cabeza entrar en el ascensor sin mascarilla y guantes, el país entero está parado y no puedo tener a mis hijos recluidos en casa sin poder salir a un parque porque no tengo la garantía de que no vayan a tocar algo y acaben contagiándose. Además, la cultura china permite algo que en España no se estila por nuestra educación. Aquí son mucho de escupir, o de estornudar sin ponerse la mano delante. Incluso permiten eructos o pedos, algo en nuestra sociedad impensable", asegura.

El miedo de esta familia llegó también desde las fronteras de los países europeos: "Mantenernos por más tiempo aquí puede que nos impida entrar en nuestro país más adelante", decía el pasado 4 de febrero poco antes de coger el avión de regreso a España. "Pero, no me importará dejarlo todo cuando de mis niños se trata". La prohibición por parte de las autoridades gubernamentales de salir a la calle, público el pasado 3 de febrero, detonó, definitivamente, la ya mascullada determinación de hacer las maletas: "Se prohibió salir a la calle, los supermercados se han quedado sin productos, ésto cada vez pinta peor", decía en unos de sus recientes wasaps María José Barrios.

El desabastecimiento sufrido desde que se conoció el brote de la pandemia llega incluso a las principales compañías de mensajería y a los gigantes del comercio electrónico del país: "No llegan ni los paquetes, porque nadie, prácticamente nadie, está trabajando hasta nueva orden", afirma María José Barrios.

Ahora, ya a salvo, disfrutan de su nueva vida entre las localidades de Verín y Chaves, donde su padre, muy culpable de la devoción del piloto verinense, regenta un establecimiento de motocicletas. 

El piloto verinense Adrián Garrido y su familia abandonan Macau huyendo de la pandemia...