Nueva unidad para el análisis de incendios

NOTICIAS VERÍN | José María Carlés, coordinador de la UIFO: "Trabajamos con un método contrastado y respaldado científicamente"

Recogida de pruebas físicas del agente de la UIFO en las inmediaciones de un incendio.

Donde cualquiera ve cenizas, ellos ven vestigios. Donde nosotros vemos ramas chamuscadas, ellos reconocen, por ejemplo, la dirección de las llamas. Son los 'rastreadores' del fuego, quince agentes ambientales, con amplia experiencia en investigación de causas, cartografía o nuevas tecnologías. Juntos forman una nueva unidad de élite -dependiente de Medio Rural- encargada, única y exclusivamente, de la investigación de incendios: la UIFO -Unidad de Investigación de Incendios Forestales-.

"Esta unidad ha sido creada para mejorar la operatividad y eficacia de la investigación de incendios, que ya se hacía, pero ahora es más especializada. Nos permite coordinarnos con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con los agentes medioambientales, sin los cuales nada sería posible. Buscamos la causa y, sobre todo, al causante", recalca José María Carlés, coordinador adjunto de la UIFO.

Buscamos la causa de los incendios y, sobre todo, al causante (José María Carlés)

Desvinculada en su totalidad de las labores de extinción, lleva dos semanas en funcionamiento y ya lo hace a tiempo completo. "Yo, en concreto, ya he acudido a 12 focos en 15 días", apunta Carlés. "Hacemos investigación después del incendio pero también vigilancia para prevenir. El objetivo es reducir el número de incendios y, si se llegan a producir, reducir enormemente el impacto", añade. Actúan, sobre todo, en áreas de alta actividad incendiaria. "Eso no significa que no veamos las demás zonas, sino que nos centramos en áreas con más superficie afectada o en la peligrosidad para las personas", aclara.

Modus operandi

Siguiendo un método de evidencias físicas, comienzan la reconstrucción. "Investigamos rehaciendo el fuego desde el final hasta el principio", relata Carlés. Primero, con unha recogida de datos a priori. "Datos meteorológicos, orografía, vegetación, ubicación... Existen muchas casuísticas que pueden haber influido", apunta. Ya in situ, buscan el epicentro del fuego "con la colaboración imprescindible de los agentes que conocen muy bien el terreno". Esa colaboración les hace recabar pistas que permiten, más tarde, investigar las causas. "Tenemos que saber todo, dónde, cuándo y cómo se ha iniciado".

Los agentes de la UIFO recogen evidencias en la zona del incendio.

Para ello hacen uso del cuadro de indicadores, tomando de referencia la información recibida por parte de testigos o efectivos de extinción. "Es importantísimo el testimonio de los bomberos forestales, de los agentes medioambientales, de la gente que pasa por la zona, de vehículos que cruzan. Por eso, siempre me gusta recordar la existencia del teléfono 085 para denunciar de manera anónima", insiste. Una vez llegados a este punto, establecen una relación entre las pruebas materiales y las personales para llegar a una conclusión: las hipótesis. Según avanza la investigación, "nos centramos en una y la estudiamos. Cuando está confirmada, se interpone la denuncia y seguimos en colaboración con jueces y fiscales, que se hacen cargo del caso"

Medios

El acceso al monte comienza ya por la mañana. Pertrechados con un 'babero', del que cuelgan una compleja tecnología de emisoras, móviles y tabletas, se dirigen al lugar del fuego por carretera. Tienen ojos en la tierra, pero también en el cielo. "Contamos con cámaras que cubren el 70% del territorio. Permiten analizar imágenes, terrenos, incluso matrículas de coches. También drones, cámaras de visión nocturna o cámaras térmicas, con las distinguimos las temperaturas a través de los colores", explica el coordinador. Todo esto, sumado a un maletín, como si de CSI se tratara, con todos los instrumentos necesarios para trabajar la recogida de evidencias en la zona de campo. 

Frente a lo que cabría pensar, detrás de un porcentaje considerable de fuegos se encuentran negligencias, rayos o accidentes. No todos los incendios son intencionados, aunque sí la mayoría. El monte gallego es un rompecabezas con muchas caras y más en verano. "Tenemos un histórico de incendios que permite analizar toda la documentación actual. Manejamos un volumen importante de datos, pero lo que sí puedo asegurar es que tres de cada cuatro incendios son provocados", concluye. 

Tres de cada cuatro incendios son intencionados (José María Carlés)

Los agentes están distribuidos en las cuatro provincias pero cuentan con movilidad total. "Nuestra estructura y dedicación exclusiva nos permite movernos por toda la geografía en cuestión de muy poco tiempo", afirma. Esta temporada parece que las condiciones climatológicas contribuyeron, junto con la prevención, a mantener los grandes fuegos a raya. Aunque, advierte, "hay que estar alerta porque los incendios son impredecibles".