A 31 de diciembre de 2020 su valor contable era de 47.579.817,42 euros

El patrimonio del Concello de Verín creció, en seis años, 11 millones de euros: un 30% más de lo valía en 2014

Diego Lourenzo -teniente de alcalde-, Gerardo Seoane -alcalde- y Rosario Rodríguez, edila de personal. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

No hay pleno de la Corporación municipal en el que se debatan cuestiones de índole económica en el que el líder de la oposición no invoque, machaconamente, el mantra del "Verín está en quiebra". Según el popular Jiménez Morán, el Concello soporta una deuda que solamente él podrá reparar y que condenará a generaciones completas a apretarse el cinturón para reequilibrar las cuentas públicas locales. Su vil discurso es tal que establece odiosas comparaciones entre la gestión colectiva que realiza Gerardo Seoane y la de su ámbito personal y profesional, obviando que si este, al igual que Jiménez Morán, hubiese ingresado más de 100.000 euros anuales durante lustros como consejero de la Corporación de Radio Televisión de Galicia sin conocer conceptos tan básicos como el "aire de un plano", la situación financiera de cualquiera de nosotros sería otra bien distinta. 

Discutidas decisiones del difunto Manuel Fraga Iribarne -responsable de colocar a Morán como consejero en el ente de la CRTVG- aparte, este artículo pretende dar un poco de luz y a la par desmontar la treta contable que exhibe el segundo sin el más puro conocimiento de análisis de balances -experto, por contra, en aplicar porcentajes a cantidades-. 

Y, lo indiscutible e irrefutable, con datos extraídos de la documentación contable presentada por el Concello de Verín a los órganos de control públicos existentes, es, por capítulos, lo que a continuación se detalla

11.116.234,07 euros más de patrimonio en seis años

Otro de los mantras recurrentes, en este caso del otro figura de las finanzas, Gonzalo Pérez Jácome, alcalde de Ourense es "lo medible no es opinable". Pues bien, midamos. Cifra registrada en el balance de situación a 31 de diciembre de 2020 del Concello de Verín en el capítulo I de su Pasivo, el del Patrimonio Neto: 47.579.817,42 euros el último día del año de la pandemia. Seis años antes, a 31 de diciembre de 2014: 36.463.583,35 euros, o lo que es lo mismo, 11.116.234,07 euros más en los últimos seis años, incremento equivalente al 30,49 por ciento



Deuda con los bancos (o la de a largo plazo)

Jiménez Morán dejó la deuda a largo plazo con entidades financieras a 31 de diciembre de 2014 en los 3.892.208,27 euros. Seis años más tarde, esa cifra subía a los 4.400.910,36 euros, o lo que es lo mismo, en poco más de 508 mil euros. El endeudamiento tan brutal que a juicio del primero soporta, a largo plazo, el Concello de Verín se resume en un incremento de la cifra inicial del 13,07%, poco más de dos puntos porcentuales al año. Si esa cantidad se compara con el patrimonio de la entidad municipal, en 2014 la deuda a largo plazo suponía un 10,67 por ciento del patrimonio neto total. A finales del 2020, del 9,25 por ciento. Es decir, el ratio de deuda a largo plazo se redujo en más de un punto

Deudas a corto plazo

Es en el capítulo de deudas a corto plazo donde se aprecian las principales diferencias en la gestión, aunque todas ellas con su oportuna explicación justificativa de la condición inversora, con recursos propios, que define la gestión del bipartito verinense. A 31 de diciembre de 2014 eran de 321.819,30 euros y seis años después, de 2.657.562,88 euros, esto es, 2.335.743,58 euros más que seis años atrás.

Sin embargo, en esas cantidades se incluyen buena parte de las necesidades financieras para hacer frente a los pagos de aquellos proveedores contratados para llevar a cabo trabajos subvencionados por otras administraciones y que deben abonarse para posteriormente recibir el importe comprometido. Solo en la sustitución de las luminarias el Concello de Verín tiene comprometido por el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético) 1,2 millones de euros, que aún no ha recibido. Lo mismo ocurre con los casi 800.000 euros del puente de Queizás. Es decir, el Concello de Verín, como siempre ha sido, anticipa el dinero para que posteriormente lo reciba de la Administración que otorga la subvención. Solamente del IDAE deberá adelantar casi 2.000.000 de euros para pagar a los proveedores de los trabajos y, más tarde, recibirlos

Acreedores 

Jiménez dejó facturas pendientes de pago a 31 de diciembre de 2014 por valor de 1.308.975,68 euros. A 31 de diciembre de 2020, esa cifra era de 2.831.387,01 euros, esto es, más del doble. Sin embargo, buena parte de esa cantidad se enjuagó contra el saldo del remanente de tesorería, que superaba, al inicio del 2021 los dos millones de euros. 

¿Y cómo está el corto plazo?

Lo que no cuenta Jiménez en sus intervenciones es que si las cifras del pasivo se incrementan -las de la deuda-, también lo hacen las del activo, las de los derechos de cobro del Concello. Y para muestra: a finales del 2014 el activo circulante municipal era de 3.713.841,45 euros. Seis años más tarde, al Concello de Verín le debían 1,7 millones más, esto es, esa cifra se incrementaba hasta los 5.447.680,07 euros

Pues bien, para resumir: si a los anteriores más de cinco millones de euros - esto es, lo que tiene por cobrar el Concello de Verín y lo disponible en caja- se les detrae lo que debe a corto plazo -2.657.562,88 euros con entidades de crédito y los 2.831.387,01 de euros pendientes de pago a proveedores-, queda un ligero desfase de 41.269,82 euros que debería pasar a Deuda a Largo Plazo para que el circulante quedase equilibrado en el balance

La conclusión, certera

El Concello de Verín experimentó, en los últimos seis años, un incremento patrimonial histórico, esto es, 11 millones de euros, el 30 por ciento de todo lo que acumuló en todos los años de existencia con sus respectivos alcaldes. Y, por contra, su endeudamiento a largo plazo aumentó en poco más de medio millón de euros, todo ello sin desequilibrar su balance en el corto plazo y tras soportar casi dos años de pandemia, donde los ingresos cayeron de manera notable, como en el caso de los que proporcionaba la piscina climatizada, más de 300.000 euros que se dejaron de ingresar.