Xoves. 28.03.2024
Los últimos integrantes del encierro posan delante de las puertas del hospital, poco antes de abandonar sus posiciones. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.
Los últimos integrantes del encierro posan delante de las puertas del hospital, poco antes de abandonar sus posiciones. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.

Poco antes de las ocho de la mañana, Guillermina Agulla encendía las luces de alguno de los pasillos del hospital. Lo hace de manera habitual, es una de las más puntuales. Hoy, además, le acompañaba una mujer casi tan menuda como ella, también con gafas y con una discreta coleta, pediatra hasta hace unos días en Corcubión y Cee, comarca que abandonó por acogerse a la interinidad que ofrecía el Sergas en Verín. 

Llegaron ambas, vestidas de blanco, y a los integrantes del cierre en el hospital de Verín no hizo falta advertirles de que su concentración, como así habían prometido, llegaba a su fin. Poco antes de las ocho y media de la mañana, la mayor parte de la cartelería que adornaba el pasillo inmediatamente anterior al despacho de la directora de Distrito comenzaba a desaparecer. Los miembros del cierre lucían perfectamente uniformados con la exitosa -en ventas, hasta Guillermina Agulla pidió la suya- camiseta del VerínNonSePecha. Destacaban del resto un guardia de seguridad -todo de azul-, un camarógrafo de La Voz de Galicia y quien suscribe, al que le increparon por intentar conseguir, como así acabó ocurriendo, la foto del día, del año, de la década y de la desgracia para Feijóo, su conselleiro de Sanidade y el delfín a los mandos de la Xerencia en Ourense, Félix Rubial. Tanto insistió el arriba firmante en alcanzar su objetivo, que hasta el "pobre" Matías decidió llamar a las fuerzas de seguridad del Estado para que se personasen en el lugar -poco caso le hicieron, porque el par de agentes "amigos del pueblo y la causa" de la Guardia Civil llegaron como dos horas después-. 

Miembros del encierro en el hospital, posando para la última foto en su campamento base. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.Miembros del encierro en el hospital, posando para la última foto en su campamento base. | FOTO: Xosé Lois Colmenero. 

Insistía Matías, siguiendo órdenes de la dirección del centro hospitalario, que en ese lugar, esto es, en el interior del hospital, no se podían sacar fotografías ni tomar vídeos. La prohibición era extensiva a todos los medios, a excepción de la periodista de la TVG, su cámara y un locutor de la Radio Galega, que sí fueron recibidos por Guillermina Agulla en su habilitado despacho en la biblioteca del centro, haciendo gala de la cordialidad manifestada con los afines a la causa, pese a que sean públicos y sufragados por el pecunio de todos los contribuyentes. 

En poco más de una hora, sobre las 9:15 horas, el pasillo que había sido el tormento de Miguel Abad en los pocos días que resistió el envite hasta dimitir, y que Guillermina no llegó a pisar porque acabó instalando su centro de operaciones en la biblioteca; recuperaba su imagen previa a aquel 2 de diciembre de 2019, fecha en la que se instalaba el campamento base de los ejércitos pacíficos del pueblo de Verín y su comarca. A 20 minutos para las diez de la mañana, Rosa Eva Fernández, presidenta de la Comisión Delegada del centro entregaba las llaves de uno de los despachos que habían utilizado como minúscula ciudad dormitorio. Sus efectivos, cerca del medio centenar, posaban antes para la foto final, la última del último de los días de encierro, después de haber alcanzado su pretensión, la de reabrir el paritorio. A medida que comenzaban a desalojar el pasillo, algunos de ellos interceptaban a la gerente y a la nueva facultativa de pediatría para darles personalmente las gracias por las gestiones que la primera realizó para conseguir que la segunda aceptase ocupar el puesto de pediatra del hospital. 

Uno de los últimos en salir fue Manuel, el anciano de cartón que ya se ha convertido en un símbolo de la lucha que los vecinos de Verín y su comarca emprendieron para recuperar un servicio que siempre consideraron imprescindible para contener la sangría económica en la que se halla. 

Con el muñeco apostado en una de las columnas exteriores, sin apearse de la silla que le acompañó los últimos 63 días, llegaba el momento de la celebración de la victoria y de su exposición al mundo. Las principales cadenas de televisión estatales, o bien emitieron en directo o realizaron tomas con las declaraciones de los principales implicados en la consecución del objetivo, por este orden, el pueblo -cantando un adaptado "Resistiré" del Dúo Dinámico-, el jefe del Servicio de Ginecología del hospital de Verín, Javier Castrillo; Rosa Eva Fernández, presidenta de la Comisión Delegada de centro, y Aurora Sola, la portavoz de la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública da comarca de Monterrei. 

Y eran éstos los que también a Diario do Támega se dirigían poco antes de la últimas de las conexiones con otra cadena estatal. Agradecieron, como así puede verse en el vídeo a continuación, el esfuerzo, el tesón y el apoyo de todo un pueblo, pidieron la dimisión de Rubial y lanzaron, en el caso de Javier Castrillo, un claro mensaje: "El daño que nos han hecho como profesionales es irreparable, nos pone ahora a los pies de los caballos y nos deja mucho más vulnerables ante cualquier posible reclamación en el caso de que cometamos algún error. Estoy esperando a que nos muestren esos informes y los datos estadísticos en los que fundamentaron la decisión del cierre, porque yo no los conozco", aseguró el médico.

La consulta pediátrica, la próxima semana

"Vamos a implantar ya una consulta de Pediatría que antes no teníamos y a poder atender las urgencias pediátricas", señalaba esta mañana Guillermina Agulla, después de mostrarse satisfecha por haber logrado que el centro que dirige recuperase la normalidad en su funcionamiento. "Las urgencias serán atendidas también durante la noche y vamos a abrir durante la próxima semana las consultas de Pediatría, además de tener ya en marcha la de neonatos, en la que se le pasa revisión al bebé desde el momento del nacimiento", explicó Guillermina Agulla.

En el futuro, la intención de la Dirección del centro hospitalario de Verín pasa por "captar un pediatra más y que este hospital cuente realmente con un Servicio de Pediatría", ha anunciado Agulla. "Después de la apertura del paritorio y de volver a la realidad, cosa que nos tiene realmente muy contentos, nos queda trabajar intensamente en otros campos que tenemos que ir mejorando y potenciando en este hospital", concluyó.

Así fue la mañana del día de la victoria del pueblo de Verín