Venres. 29.03.2024
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José Ramón Barreal, alcalde de Laza, poco antes de declarar su condición civil. | FOTO: María D.

Voy a hacerles tres o cuatro confesiones de un tirón. La primera es que echaba muchísimo de menos los plenos en Laza. Han vuelto, sí, y con ellos esta crónica que lleva visos de convertirse en sección perenne en este diario.

La segunda es que deseaba con todo mi ser estar nuevamente presente en esa reentré lazana, porque -advertidos están todos ustedes y desde este medio- nunca defraudan. La tercera, que un infortunio mecánico -nada grave para mi integridad, evítense los detractores aseveraciones laudatorias al Altísimo tras ver cumplidas sus supuestas plegarias- me impidió personarme y obligó a enviar hasta allí a una de mis mejores colaboradoras.

La cuarta, que no me he podido resistir a este suelto después de presenciar por televisión -ya saben, los directos del Diario- los formidables últimos minutos de la sesión.

Quinta y última: muchos, por menos, hemos experimentado una exagerada contractura muscular por dormir las seis noches de siete días en el sofá, reos de castigo marital. Y es que, o mucho han cambiado los tiempos, o decir en público y recogerse en acta que "je suis" soltero y sin compromiso para eludir la crítica política de la oposición debe tener pena similar, a menos que se le aplique la eximente de incapacidad laboral transitoria fortuita tras siniestro de circulación a la que se podría acoger el primer edil. 

Jorge Lorenzo, de Xuntos por Laza, -que ha caído del guindo y ya atiza ahora como oposición al alcalde, y no a su compañero de pupitre hoy -Jesús Blanco- y de gestión meses atrás- llegó pertrechado con una batería de preguntas ligeramente incendiarias y tardó en lanzar el obús el tiempo en que el pleno deambuló por otros contenidos sin enjundia notable. Inquirió al regidor si podía describirle qué pistas y accesos del municipio gozarían de financiación pública con cargo, en este caso, al erario de todos los gallegos, a través del Plan de Mejora de Caminos de Titularidad Municipal de la Consellería de Medio Rural.

Cuando el alcalde se disponía a contestar, comenzó un operario externo al consistorio a desbrozar en sus inmediaciones como si en ello, además del salario, empeñase la vida. No es que fuese casualidad. Lo que sí lo es, es que ese mismo hombre, en el último de los plenos, también acudió a la cita y a la misma hora de la sesión meses atrás. Sea como fuere, el secretario Tourón, enviado desde la Diputación, preso del pánico por lo vivido, mandó cerrar la ventana para poder tomar mejor nota de los nombres que el regidor se disponía a facilitar. 

Laza-aldea gala-MatamáUno de los accesos al complejo turístico que se levanta en Matamá y que el Concello de Laza mejorará. | FOTO: Xosé Lois Colmenero.  

Lorenzo Vila, que parece incapaz de matar a un mosquito, aguardaba agazapado simulando tomar nota: "Unha en Laza, a outra en Trez... E di tamén que unha en Matamá?" Barreal Novo no tuvo escapatoria y confirmó las sospechas del vocero de Xuntos: uno de los caminos que recibirán apoyo económico para mejorar su aspecto desembocan en la aldea gala que dos emprendedoras del municipio proyectan -y ya construyen- en la localidad de Matamá.

Lorenzo Vila aprovechó para convertirse en juez -y no solo parte- y acusó claramente al regidor lazano de beneficiar a una iniciativa en la que él podría tener algún interés disimulado, refiriéndose el portavoz de Xuntos a la misma persona que en su día había llevado a los tribunales al Concello de Laza cuando gobernaba el bipartido PSdeG-XpL por un supuesto acoso laboral o "mobbing" que no consiguió acreditar. 

Y fue aquí cuando el máximo mandatario de la localidad -también conocido por el magistrado firmante del fallo del procedimiento DFU Derechos Fundamentales 699/2019 como "pareja de la demandante"-, por obra y gracia del desacuerdo tras un año en el poder de las dos fuerzas que juntas más votos sumaron; nos dejó a todos, incluso a los que lo presenciábamos por la tele, ojipláticos: "Yo soy soltero y sin compromiso".
 

 

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